La mantequilla es ideal para hacer cremas, pasteles y salsas. Hasta un simple sándwich se vuelve más exquisito al untar un poco de mantequilla en el pan. El único problema con este producto es que debe ser almacenado en un refrigerador a bajas temperaturas, a pesar de que en la mayoría de las recetas debe usarse blanda.
Por eso, cada vez que la vayas a usar debes dedicar un poco de tiempo para asegurarte de que este producto se haya calentado y así sea más fácil de manipular. Por supuesto que los cocineros prudentes la sacan del refrigerador con anticipación. Pero, ¿y si la necesitas de inmediato sin haberte dado tiempo de sacarla para que se suavice?
Hay un truco denominado, “el truco del vaso”, que es aplicado por la gran mayoría de cocineros profesionales cuando necesitan ablandar la mantequilla en un abrir y cerrar de ojos.