Con la llegada del otoño y el deseo de mantener nuestros hogares cálidos, muchos recurren a la calefacción para asegurar una temperatura agradable. Este cambio de estación invita a crear ambientes acogedores, y puedes lograrlo sin tener que invertir en costosos ambientadores o difusores de fragancias. ¿Cómo? Vamos a redescubrir un antiguo truco utilizado por generaciones pasadas: las hojas de laurel.
Mientras enciendes la calefacción, coloca algunas hojas frescas de laurel sobre los radiadores. Con el aumento de la temperatura, estas hojas liberarán un aroma suave y agradable que llenará tu hogar de una sensación de confort. Además de perfumar, el laurel tiene propiedades purificadoras, contribuyendo a mantener el aire fresco y ligero, lo que puede ser beneficioso, especialmente para aquellos con problemas respiratorios.
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A medida que las hojas se sequen, no las descartes. Pueden tener una segunda vida en tu cocina. Úsalas para aromatizar estofados, adobos, salsas, guisos y más. Incluso podrías preparar infusiones que no solo huelen bien sino que también pueden aliviar problemas de garganta.
Otro truco interesante y económico es utilizar papel de horno. Corta un trozo de papel y rocíalo con la esencia o fragancia que prefieras. Coloca este papel sobre el radiador; el calor hará que la fragancia se disperse por toda la habitación. El papel de horno es resistente al calor, por lo que no hay preocupaciones en cuanto a la seguridad.
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Estos métodos no solo son efectivos para perfumar tu hogar, sino que también son amigables con tu bolsillo y el medio ambiente. Al abrazar estas prácticas sencillas y tradicionales, puedes disfrutar de un hogar acogedor y aromático sin tener que gastar en productos costosos. ¡Disfruta del otoño con fragancias naturales y económicas en cada rincón de tu casa!
Fuente: El Confidencial.