La economía circular es un sistema económico en el que las materias primas, los componentes y los productos mantienen su mayor utilidad y valor. Al aplicar algunos de sus principios y prácticas en casa, tenemos la posibilidad de hacer una gran diferencia. ¡Todos podemos hacer nuestra parte!
[También te puede interesar: Economía circular vs economía lineal: diferencias entre ambos sistemas]
Repensar nuestros hábitos en relación a la comida
Como primer paso, tenemos que pensar en nuestros hábitos de consumo, especialmente de comida. ¿Qué usamos para realizar nuestras compras? ¿Cuántos paquetes plásticos y envoltorios tiramos a la basura? ¿Compramos solo lo que realmente necesitamos? ¿Qué pasa con lo que no utilizamos?
Es una buena práctica armar un menú semanal base. No es necesario que programes todas las comidas, pero sí es una buena idea pensar en algunas recetas básicas y qué ingredientes deberías tener siempre a mano. De esta manera, solo compras lo que necesitas y evitas acumular comida en tu heladera que luego termina en la basura.
Una vez que sabemos lo que necesitamos comprar, podemos usar nuestros propios contenedores para las compras de productos sueltos: frascos, envases plásticos reutilizables, bolsas de tela. Esto tiene dos ventajas: eliminamos envoltorios y contenedores inncesarios que terminan en la basura y ademas, se pueden guardar directamente en la heladera.
Siempre que puedas, compra productos cuya cadena de elaboración sea amigable con el ambiente, que sean parte de la cadena de comercio justo para aseguramos que compramos insumos donde los trabajadores reciben un trato mas equitativo. Si son frutas y verduras, que sean de estación.
Otros consejos
- Siempre que sea posible, re utiliza tu ropa, recíclala o dónala.
- Si tienes artefactos electrónicos que no funcionan, puedes llevarlos al club de reparadores, un movimiento que busca promover la reparación como estrategia para el consumo responsable y práctica de la sustentabilidad, ademas de generar un intercambio de experiencias entre los colaboradores, voluntarios y la gente.
- Ahorrar energía en nuestras casas, apagando luces donde no estamos, no dejando en “stand by” los equipos que no vamos a usar en forma permanente, calefaccionando o refrigerando solamente las habitaciones que se usan.
- Comprando objetos de materiales durables y amigables con el ambiente o muebles de segunda mano.
- Apoya negocios y emprendimientos locales/barriales, de esta manera ayudas a generar un cambio en la economía donde vives.
Aplicar principios de economía circular en nuestra vida cotidiana nos obliga a mirarnos, a analizar a conciencia nuestros hábitos. Nos pide repensar cómo interactuamos con la naturaleza, con el ambiente. Nos obliga a plantearnos nuestra responsabilidad como personas ante los demás seres de este planeta.
Solamente realizando un análisis profundo sobre como nos manejamos e interactuamos y como queremos relacionarnos a partir de ahora, es que podemos accionar un cambio. Asumir que debemos tener un trato mas justo con la comunidad a la que pertenecemos es el primer paso para promover un mundo mas equitativo.
Cuando pasamos a la acción, generamos un efecto dominó, que replica en nuestras casas con nuestras familias, en nuestro edificio o en el barrio.
Piensa cómo quieres vivir, en qué tipo de sociedad quieres relacionarte. Un mundo mejor, empieza con las pequeñas - grandes acciones de cada uno.