¿Sabías que el 40% de los alimentos producidos a nivel mundial es desechado sin siquiera llegar a comercializarse? Es necesario hacer algo para detener esa situación, y por suete, cada vez son más las iniciativas que deciden intentarlo.
La "Nevera solidaria" es una idea sustentable y social que permite dejar y recoger comida a voluntad en un refrigerador instalado en la calle. Los alimentos se retiran de forma libre y gratuita. De esta manera, si una persona ya no va a aprovecharlos, puede hacerlo otra, y nada se desperdicia.
El objetivo del refrigerador solidario es luchar contra el despilfarro de alimentos, poniéndolos a disposición de quien quiera utilizarlos y consumirlos antes de que caduquen. La idea es que los recoja cualquiera, y no solo personas necesitadas o en situación de calle. Es un refrigerador de intercambio en el que todos pueden revisar si su vecino desechó algo que él necesita, para no comprar nuevos alimentos cuando hay otros que todavía sirven.
La nevera de intercambio fue instalada en Galdakao, España, y salvó cientos de kilos de comida de la basura en sus primeros meses de funcionamiento.
Esta primera iniciativa parte de la Asociación de Voluntarios de Galdakao. Su objetivo es, simplemente, aprovechar toda la comida que sobra o está a punto de caducar generada en restaurantes, hogares o cualquier otro lugar, e intercambiarla para que no termine en la basura.
La iniciativa es innovadora en su rubro, ya que no existían otros proyectos iguales destinados específicamente a los alimentos. Sin embargo, ya se está replicando en otras partes del mundo.
El precedente para esta nevera fue sentado por algunas ideas para promover el intercambio sustentable entre vecinos, como Give Box, un proyecto iniciado en Alemania que se comenzó a expandir por Europa y consiste en colocar una caja en un espacio de la vía pública en la cual las personas que ya no necesiten un objeto pueden dejarlo, y cualquiera puede tomar el que necesite.
Al igual que sucede con el refrigerador, Give Box no está pensada solamente para quienes no pueden acceder a comprar los objetos que necesitan en el mercado, sino para no producir basura; de manera que todos pueden fijarse, antes de comprar un nuevo producto, si no pueden utilizar, en su lugar, el que a un vecino le sobra.
La nevera solidaria creció en pocas semanas ya que recibió alimentos de todo tipo, que fueron dejados no solo por los vecinos, sino por los bares y restaurantes de la zona que cada noche acercaron allí los alimentos que de otro modo desecharían.
Desde la Asociación que promovió el refrigerador desean que esta iniciativa se extienda en todos los pueblos, barrios y ciudades en los que sea posible. Su objetivo es que se desarrolle una red de neveras solidarias, que primero puede extenderse por ciudades cercanas, y luego por todo el mundo.
Para colocar una nevera solidaria en un nuevo barrio solo se necesita planificar y pensar algunos detalles, como decidir si será en un local o en la vía pública (en ese caso debe obtenerse una licencia, dependiendo de las leyes de cada barrio y país), pensar cuál será la fuente de suministro, y garantizar los elementos de seguridad.
Cualquier grupo de vecinos que quiera aprovechar el poder de la colaboración para evitar el desperdicio de alimentos o la producción de basura causada por el consumismo puede crear su propia iniciativa similar: solo es cuestión de ponerse de acuerdo para decidir cuál será el punto solidario del barrio en el que unos darán lo que ya no quieren, y otros tomarán lo que necesitan.
En este video, un voluntario de Galdakao explica cómo funciona el proyecto: