La actriz argentina, María Eugenia "La China" Suárez dio a luz a su pequeña y segunda hija, Magnolia, que tuvo junto al también actor, Benjamín Vicuña.
Aún estando embarazada, cuando en una entrevista le preguntaron cómo sería el parto, ella señaló: "Nada me interesa menos que parir como una hembra", y despertó la polémica, sobre todo por parte de quienes defienden el parto natural.
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"¿Parto natural? Sí, claro, me gustaría pero no tengo esa obsesión de algunas mujeres por el parto natural. Lo dejo en manos de Dios y de la ciencia. Rufi venía para parto natural y fui a cesárea porque tenía una vuelta de cordón y mi obstetra decidió llevarme al quirófano. Perfecto. ¡No tengo nada para objetar! ¿Mira si teniendo una buena clínica, anestesia peridural, médicos preparados para ocuparse de mi parto voy a ponerme a dar indicaciones sobre cómo tiene que nacer mi hijo?".
La actriz, que también señaló que no tendría su hijo en su casa, ni en una piscina, también señaló con respecto a la lactancia que: "No pienso sentir culpa si no puedo amamantar a mi próximo hijo hasta los dos años".
La actriz se refirió así al parto natural, donde no se suministra medicación para el dolor, las intervenciones son mínimas y no invasivas, y la mujer participa activamente, ya que se considera que naturalmente está preparada para atravesar ese proceso.
Muchas mujeres le temen a este tipo de parto, por el dolor o por el "riesgo" que creen que podría generar. Debido a esto, muchos partos son atendidos como enfermedades o bien como "trámites" que es preciso acelerar para que no colapse el sistema de salud. Por eso crece cada vez más la cifra de cesáreas, muchas de ellas, innecesarias.
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En el parto respetado la mujer es tratada con respeto; puede estar acompañada por quien elija; y recibe información para poder decidir. Además, se respetan los tiempos biológicos y psicológicos de la mamá y el bebé, y son evitadas las prácticas invasivas innecesarias.
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No necesariamente un parto respetado tiene que ser vaginal, puede ser por cesárea si es necesario. Tampoco es condición que sea en la casa propia, puede realizarse en un hospital. Ni significa renunciar y descartar la tecnología sino utilizarla solo cuando sea realmente necesario.
Además, en un parto respetado se trabaja con especialistas que van siguiendo el embarazo en todo su recorrido, ofreciendo asistencia, acompañamiento y atención, pero ayudando a reforzar los propios recursos que la mujer posee.
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