Polémica: ¿Qué pasa con el Acuerdo de París sin Estados Unidos?: el país nortamericano notificó hace unas semanas su retirada del pacto parisino, que se inscribe en el cuadro más amplio de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) de 1992, es jurídicamente vinculante en virtud del derecho internacional.

Dicho Acuerdo preveía un periodo de adaptación: una revisión de ciertas medidas cada cinco años y, a partir de 2024, en el marco de una transparencia reforzada (artículo 13), los Estados debían informar sobre las medidas adoptadas y los progresos realizados.

Considerada especialmente grave, esta medida fue objeto de diversas críticas por parte de Trump, que prometió que se retiraría del Acuerdo de París si era elegido presidente. Promesa cumplida. Dado que el artículo 28 del Acuerdo posibilita la retirada del mismo para todo Estado que así lo desee –bajo ciertas condiciones–, la salida de Estados Unidos será efectiva un año después de su notificación a la Secretaría General del Convenio, es decir, en enero del 2026.

Implicaciones a nivel nacional e internacional

Considerada especialmente grave, esta medida fue objeto de diversas críticas por parte de Donald Trump. (Foto: IA)
Considerada especialmente grave, esta medida fue objeto de diversas críticas por parte de Donald Trump. (Foto: IA)

También te puede interesar: En Florida, aprueban una ley que penaliza el abandono de animales

En primer lugar, en el plano interno, alimenta cierto populismo desplegando promesas fantasiosas. No es realista esperar que los estadounidenses sigan viviendo sus vidas como si el calentamiento global no existiera. También reduce las posibilidades –que ya son bastante escasas– de impugnar las políticas climáticas ante los tribunales. Las demandas climáticas basadas en el incumplimiento del Acuerdo de París parecen ahora mas improbables que nunca en Estados Unidos.

En segundo lugar, a nivel internacional, el anuncio de Trump rechaza un mecanismo internacional de la ONU. Esta actitud muestra su desapego hacia el multilateralismo. De hecho, los dispositivos jurídicos resultantes del Acuerdo de París se basan en los principios de responsabilidades comunes, pero diferenciadas, y en el de cooperación internacional, conceptos que no parecen convenir al nuevo presidente.

En este escenario, la comunidad internacional se encuentra en una posición difícil y existe el riesgo de que se debiliten las negociaciones en el futuro. Hay que recordar que estas conversaciones se enmarcan en la elaboración de una hoja de ruta y se celebran en torno a las Conferencias de las Partes (COP).

Cómo afectará al cumplimiento del acuerdo

Las negociaciones de la ONU son fruto de un sutil equilibrio. En un escenario global ya de por sí complejo, con graves tensiones geopolíticas, la retirada de Estados Unidos podría comprometer los avances en su aplicación, especialmente en torno a la cuestión de la financiación (artículos 8 a 12).

En este sentido, la propia arquitectura del Acuerdo esta comprometida. Basadas en pisos frágiles, obligaciones de débil carácter jurídico y compromisos con horizontes a veces lejanos y dudosos, varias promesas estadounidenses se cayeron. Su marcha deja también sin liderazgo a los demás Estados que permanecen en el Acuerdo.

También existe el riesgo de que el objetivo final se retrase aún más. Alcanzar una estabilización del sistema climático que no sobrepase el calentamiento de 2 °C –y a ser posible menos de 1,5 °C– parece cada vez mas difícil. Además, la salida de Estados Unidos envía una muy mala señal a la comunidad internacional. El enfoque de “perforar, perforar, perforar” (“Drill, baby, drill”) probablemente desalentará a los países que ya albergan dudas en cuanto a la eficacia del actual sistema de Naciones Unidas.