Es normal que, cuando te enamoras de una persona, quieras pasar todo tu tiempo con ella. No importa cuánto te molesten tus amigos, ni lo que opine tu familia, ni siquiera tal vez te importa tu trabajo: sólo tiene ojos y tiempo para esa persona.

Sin embargo, esa actitud que parece tan natural no es la recomendada para los psicólogos, al menos, si lo que esperas es tener una relación larga y exitosa. Al contrario, según un grupo de psicólogos igleses, la clave de una buena relación es…

¡Verse dos veces por semana!

¿La ausencia vuelve al corazón más cariñoso?

En realidad, al comienzo de una pareja y un enamoramiento, se ponen muchas cosas en juego. La atracción y la sexualidad tienen una preponderancia clara con respecto a otros aspectos de la relación, como los gustos en común o el cariño.

Así, verse demasiado seguido en el comienzo de una relación puede provocar que las cosas se apuren, y todo suceda demasiado rápido. De este modo, para cuando se sepa con mayor certeza si esa persona era o no la adecuada, tal vez ya es demasiado tarde.

Es que ver a la pareja con tanta frecuencia genera una falsa sensación de intimidad, que en lugar de estar basada en cuestiones sólidas, sólo se sostiene por el sexo o la experimentación de emociones demasiado grandes y demasiado intensas en muy poco tiempo.

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Dos veces por semana, el tiempo ideal

Claro, que tampoco estamos diciendo que debas alejarte lo máximo posible de tu persona amada. Pero, dos veces por semana, al principio, puede ser el número ideal. Esto permite generar empatía y disfrutar de esas intensas emociones, pero también permite un tiempo de reflexión.

Esto permitirá a ambas partes de la relación encontrar todos los puntos que los unen, más allá de la atracción. De esta manera, la relación se vuelve más profunda y más sincera.

Cuando la etapa de enamoramiento se termina, si se pudo construir algo más en común, la relación estará destinada a perdurar. Y verse dos veces por semana ayuda a que esa construcción sea más sólida.

Sin embargo…

Esto es sólo teoría. Lo cierto es que hasta los psicólogos que escribieron esta teoría aseguran que, cuando las dos personas son compatibles, no hay reglas de tiempo ni de forma.

¡Ama y disfruta!

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