En el noroeste de Gran Canaria, en España, existe un rincón que quizás alguna vez oíste hablar: Agaete. Quienes han crecido allí dicen que en la playa de rocas, el agua es limpia, hay acantilados, y que el atardecer visto desde ahí es uno de los más bonitos del mundo.
En 1990 se construyó un muelle con fines comerciales y desde entonces ha operado una compañía, cuyas infraestructuras realizadas fueron modificando parte de ese paisaje.
Ahora, el Gobierno regional aceptó el proyecto de ampliación del puerto.
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Esto incluye la construcción de un espigón de más de 500 metros, y una nueva carretera de acceso. La actual instalación quedaría para uso exclusivo de barcos de recreo y pesqueros; y la nueva, con una línea de atraque de 400 metros y otro brazo de 500, será para el uso de dos líneas comerciales al mismo tiempo.
El argumento presentado es que esta obra es una “obra fundamental” para el desarrollo económico de la isla y una respuesta al tráfico portuario que ha aumentado de manera constante. Se calcula que una vez finalizada la obra, el puerto tendrá una capacidad para más de 200 atraques deportivos y pesqueros.
Dicha obra será financiada, en su mayor parte, por fondos europeos; pero el Gobierno de Canarias también tendrá su participación.
"El proyecto plantea una solución a los problemas de capacidad, garantiza un servicio de transporte más competitivo, rápido, eficaz y seguro que el actual, con la entrada de nuevos operadores, y además trae consigo numerosos beneficios sociales que pasa por la ampliación de la zona de parking, áreas comerciales o la creación de espacios específico para los ciudadanos”, señalan desde el Gobierno.
Pero no todos están de acuerdo.
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Aunque según el alcalde de Agaete, la ampliación “Es una obra grande, que tiene un impacto visual, pero no tiene ningún impacto medioambiental porque los estudios así lo avalan”, el colectivo Agaete Sin MacroMuelle argumenta lo contrario.
Agaete Sin MacroMuelle es un movimiento que cuestiona los beneficios de la obra y solicita que se realice “un estudio serio que demuestre que el futuro muelle tendrá un impacto real en el municipio (con un alto índice de paro juvenil) y en el bienestar de las personas”. Para ellos, este “macromuelle” atenta contra el estilo de vida de un pueblo muy tranquilo, y contra la playa en sí.
Asimismo señalan que “el turismo que viene a Agaete no lo hace atraído por una buena infraestructura” sino por “su estilo de vida, su playa, sus paisajes, etc.” Y esto, se vería afectado por la obra dado que la playa estaría dos años inhabilitada. Desde el colectivo argumentan, en este sentido, que cuando comiencen las obras, el impacto en la calidad del agua y el aire será muy fuerte.
Los vecinos argumentan que los beneficios no serán para ellos, que verán por unos cuantos años el sitio vallado con escombros; lo cual, a su vez, alejaría o al turismo. Además, también señalan que los residuos de los barcos y cruceros terminarán en las aguas cristalinas.
Para ellos, el encanto del pueblo podría perderse; y como no quieren que suceda, siguen firmes en las calles pidiendo que se escuche su voz.