Irse de vacaciones, y más aun en verano, puede ser una experiencia increíble que recordaremos por siempre. Pero en un mundo cada vez más amenazado por el cambio climático, todos debemos ser conscientes de nuestra huella de carbono, y tratar de reducirla en la medida de lo posible.
Por esta razón se realizó un estudio en el Instituto de Ciencia y Tecnología de Barcelona (ICTA-UAB), y los resultados han ofrecido respuestas sobre los niveles del impacto turístico en la ciudad de Barcelona.
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Se analizaron los niveles de emisiones directas e indirectas de gases de efecto invernadero, considerando fuentes como los transportes de llegada y salida, el alojamiento, las actividades de ocio, ferias y congresos, y también los transportes internos.
Los resultados de la investigación fueron publicados en Tourism Management, y revelaron que la huella de carbono total emitida por le turismo barcelonés es de 9 millones 500 mil toneladas de CO2 al año. El número es tan alto que muchos tendremos problemas para comprenderlo, y esto es una señal de que las cosas no van bien.
Con muchísima diferencia, el principal emisor de este gas es el trasporte de llegada y salida, es decir, los aviones, representando una emisión de 92 kilos de CO2 por persona, lo que equivale al 95,9% del total emitido.
El 4.1% restante se reparte entre otros servicios como el consumo de electricidad que genera el alojamiento en hoteles de lujo, que representa el 70.5% del total, seguido de los apartamentos turísticos, con un 25,3%. Pero no todas las actividades tienen el mismo impacto en cuanto a contaminación, también los puntos de interés de ciudad, o PICs, son responsables del 68,8% de dentro del ámbito de actividades de ocio, ferias y congresos.
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Los viajes en metro y taxi para desplazarse por la ciudad son los que más emisiones generan 38,5% y 22,3% respectivamente, representando una huella de carbono media de 0,3 kg CO2 por viaje.
Si bien este estudio se centra únicamente en Barcelona, los resultados están en línea con otros estudios similares en otras regiones del mundo, y para los que no somos expertos, puede ser usado como referencia.
Una de las conclusiones más importantes del estudio, sin embargo, fue que los visitantes turísticos tienen un impacto ambiental mayor al de los residentes permanentes, y precisamente por esto debemos ser más cuidadosos cuando viajamos a centros turísticos populares.
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