Las afirmaciones positivas son un método de reprogramación en la mente inconsciente y en la subconsciente, lugar donde cada persona le da significado a lo que le sucede a través de las emociones y los sentimientos. Esto genera una conexión neuronal particularmente favorable a partir del poder del lenguaje a través del que nos comunicamos con nosotros y los demás.
En síntesis, lo que nos decimos, lo decretamos y lo concretamos.
La historia de las afirmaciones
Las afirmaciones son una herramienta psicoterapéutica basada en la labor del francés Émile Coué (1857-1926) Ya en ese tiempo, en su práctica con pacientes les propuso que trabajen repitiendo al comienzo y al final del día la frase “Todos los días, en todos los sentidos, estoy cada vez mejor y mejor”. Al hacerlo consistentemente, se logró cambiar el pensamiento inconsciente y mejorar sus pensamientos positivos y optimistas.
Personas célebres como Louise Hay, Napoleon Hill, Dale Carnegie, Deepak Chopra y Wayne Dyer, las proponen dentro de sus técnicas.
Qué son las afirmaciones positivas
Llamamos “afirmaciones positivas” a una herramienta que permite trabajar para la mejora del estado emocional, del ánimo y del optimismo en general; y también, como una forma de crear un patrón mental interno contributivo para ti.
Es muy frecuente que las personas sepan definir claramente lo que NO quieren, aunque les resulta más complejo tener en claro lo que SÍ quieren. Las afirmaciones trabajan de esta última manera.
Todo lo que anhelas y quieres lograr, desde un estado interno hasta la manifestación de un resultado en algo, nace en una idea, un pensamiento que sostienes en tu mente a través de la imaginación.
Por eso es que lo que visualizas internamente lo estás creando; generalmente, lo haces a través del lenguaje, de las palabras, que están cargadas de significado. Tanto en lo que dices dentro de ti, como hacia el exterior, eso conforma una futura realidad que has empezado a crear.
[También te puede interesar: Los 5 antídotos ante el "No puedo", "No sé lo que quiero" y otras expresiones limitantes]
Las 3 condiciones para crear afirmaciones positivas
Para que funcione una afirmación con la que quieras trabajar, ten en cuenta estas tres premisas:
1. Redactarlas en primera persona, en lenguaje positivo y afirmativo, y con verbos de acción como si ya estuvieses viviendo lo que quieres. Por ejemplo, en vez de decir “No quiero estar gordo” podrías expresar “Tengo un peso óptimo y lo mantengo para siempre, cuidando mi nutrición y sintiéndome con energía y entusiasmo.”
2. Necesitan contener un efecto emocional, por lo que se producen no sólo en tu mente pensante, sino en tu espíritu y tu corazón. Esto quiere decir que unes el pensamiento al estructurarla, y luego, la conectas con los sentimientos. Sabrás que es “la” afirmación para ti si, al expresarla, sientes esperanza, mayor ánimo y entusiasmo.
3. Deben ser verdaderas y auténticas para ti. Este punto es fundamental creer que es posible de lograr, y que la sientes propia, como anillo al dedo.
La clave es practicarlas diariamente, por lo menos, una vez al despertar y otra al acostarte. También puedes decirlas en voz alta mirándote al espejo; escribirlas en notas adhesivas y pegarlas en tu casa y oficina, y también grabarlas y escucharlas durante el día. Recuerda que es un proceso, así que necesita de la práctica permanente y continuada.
[También te puede interesar: 15 frases cotidianas que limitan tu crecimiento personal]
5 motivos por los que las afirmaciones ¡sí funcionan!
Hace muchos años, cuando empecé mi proceso de desarrollo personal y profesional, estaba muy perdido respecto a lo que quería y cómo lograrlo. Empecé a trabajar con las afirmaciones positivas diariamente, y al cabo de un tiempo empecé a percibir cambios sutiles, estructuras internas que empezaron a moverse, y a generar nuevas realidades en mi vida. De hecho, he conseguido mucho más de lo que imaginaba, y lo sigo haciendo y practicando diariamente.
Revisando la experiencia, aquí van los 5 motivos por los que las afirmaciones sí funcionan:
1. Desvías la mente de los pensamientos negativos
Los sesgos cognitivos te llevan siempre por el mismo patrón de pensamiento. Al practicar diariamente las afirmaciones, estás trazando una nueva senda, un nuevo modo de operar de tu mente para que te conduzca hacia el resultado concreto que quieres ver manifestado.
2. Enfocas tu energía
Con la cantidad de pensamientos que generamos diariamente, las afirmaciones reenfocan en forma positiva la calidad de esas ideas de la mente. Al hacerlo, trabajas en niveles más sutiles de consciencia; te conviertes paulatinamente en una persona más observadora y menos reactiva, y así, operas más eficazmente para obtener los logros que quieres.
3. Desarrollas la autoconfianza
Tienes un inmenso poder creador de realidad: sólo hace falta que lo practiques y lo expandas. En lo que piensas, te conviertes, dicen los sabios. Por eso es que las afirmaciones positivas ayudan a recobrar tu confianza interna, lo que lleva a recomponer tu autoestima, y a conectarte con la oportunidad de recibir lo bueno para tu vida. Al cabo de un tiempo sentirás más determinación, fortaleza interna, seguridad y certeza de que vas dando los pasos apropiados.
4. Modificas tu modelo mental, en positivo
Cuando decides trabajar con afirmaciones positivas, tu modelo mental de siempre empieza a verse alterado progresivamente. Es posible que al principio percibas cierta resistencia interna a “creer que esto funcione” al hacer tus prácticas diarias; aunque a los pocos días las habrás internalizado en forma natural y espontánea. Los hábitos tóxicos mentales empiezan a modificarse y a jugar a tu favor. Se configura una nueva forma de procesar los acontecimientos de la vida, y de trazar una senda entre eso que estás poniendo en tus afirmaciones con la realidad que vives.
5. Atención a las señales: el efecto sincrónico de la vida
Una vez que avanzas, mantén tu atención en las señales, ya que empezarán a aparecer sincronías que no son casualidades. Habrá hechos, personas, información en forma de lecturas, películas, podcast y cualquier otra forma de nutrirte, que empezarán a llegar a ti con el fin de apoyarte en tu fortaleza. Es otro de los efectos de estar reprogramando tu mente en positivo, en el proceso de conquistar aquello que has decidido lograr.
Algunos ejemplos
Aquí tienes algunos ejemplos para inspirarte. Recuerda buscar tus propias palabras: no sólo que quede bonito cuando las escribes, sino que las sientas. Cada afirmación es un traje a medida -estas son sólo referencias-:
“Estoy jugando a ganar y moviéndome hacia el mejor resultado posible, para el bien mayor de todos, en cada momento de mi vida”.
“Estoy aceptando las situaciones de mi vida con calma y responsabilidad ”.
“Soy un ser libre. Me desprendo de lo que ya no necesito para vivir plenamente mi vida”.
“Tengo paz y armonía en mi vida”.
“Me abro a comunicarme abiertamente, a escuchar y escucharme”.
“Me expreso con claridad, convicción y logro transmitir mis ideas a los demás”.
“Estoy consiguiendo el trabajo ideal para este momento de mi vida, en el que me siento pleno, reconocido y muy bien retribuido”.
“Me enfoco en mis fortalezas; acepto mis debilidades y las trabajo para superarlas”.
“Estoy viviendo mi vida con humor y alegría”.
“Estoy viviendo (una relación, un trabajo, lo que desees) con alegría, entrega, abundancia y entusiasmo”.
Si tienes dudas por dónde comenzar, te invito a practicar estas dos, que son abarcativas y generales: la que propone el psicólogo Coué, “Todos los días, en todos los sentidos, estoy cada vez mejor y mejor”; y esta afirmación de Louise Hay: “Me amo y me acepto como soy.”
[También te puede interesar: Descubre cómo modificar los paradigmas que limitan desde el inconsciente]