Siempre es útil tener bolsas de hielo en el freezer para usar en caso de que tú o tus niños sufran algún golpe. También te servirán si tu médico te ha indicado aplicar frío sobre alguna lesión. Sigue estos pasos para hacer las tuyas y ahorrar el costo de los productos comerciales.
El ingrediente clave es el alcohol, ya que evita que el agua se congele por completo. Así, el líquido de las bolsitas no se endurece totalmente, lo cual hace que sea más sencillo envolverlas alrededor de la lesión. Además, a diferencia de los cubos de hielo utilizados frecuentemente, no gotean. Podrás reutilizarlas tantas veces como quieras. Sólo deberás llevarlas al freezer cuando se descongelen.
Materiales - 2 tazas de agua.
- 1 taza de alcohol isopropílico (cuanto más alto sea el porcentaje de alcohol, más blandas serán tus bolsitas).
- Colorante comestible azul (opcional).
- 2 bolsas con cierre hermético.
Instrucciones
- Mezcla el agua y el alcohol en una de tus bolsas.
- Añade el colorante para darle el tono azul que tienen las bolsas de hielo comerciales.
- Saca tanto aire como sea posible y cierra la bolsa.
- Mete la primera bolsa dentro de la segunda para darle más resistencia.
- Llévala al freezer por 12 horas antes de usarla la primera vez.
Cuándo se debe aplicar frío sobre una lesión
El frío tiene un efecto analgésico que ayuda a aliviar el dolor de un traumatismo. Asimismo, disminuye el espasmo muscular y la hemorragia, lo cual acelera el proceso de recuperación de una lesión. También cierra los vasos sanguíneos, lo cual impide que llegue más sangre a la zona dañada. Esto reduce y ralentiza el proceso inflamatorio.
Debe aplicarse instantáneamente luego de producirse una contusión. En casos de tendinitis, se debe colocar una compresa fría cuando aparezca el dolor. Para esguinces, torceduras o fracturas, se lo debe usar durante las primeras 72 horas.