Muchas veces hemos escuchado que, cuando se nos presenta una situación difícil, debemos respirar profundo. Las tradiciones asiáticas como el yoga o el tai-chi nos han enseñado un poco sobre los beneficios de esto. Pero, ¿realmente sabemos hacerlo?
Respirar profundo es una actividad que debemos practicar a diario. Aquí te contamos cuáles son los pasos para hacerlo de manera adecuada y aprovechar todos sus beneficios.
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¿Por qué debemos respirar profundo?
Respirar profundo no solo ayuda a aliviar el estrés. También está comprobado que ayuda a mejorar algunos procesos que ocurren en nuestro organismo.
Investigaciones recientes han revelado que la respiración profunda estimula y activa distintas áreas del cerebro. Uno de los estudios más recientes comprobó que, cuando se respira profundo, se activan ciertas áreas del cerebro que tienen que ver con la atención y la regulación de emociones.
Otras investigaciones han comprobado que la respiración profunda activa un paquete de neuronas que activan la mente de manera positiva. Los especialistas precisan que se trata de 175 neuronas que hacen que nuestro cuerpo se relaje.
¿Cómo lo debemos hacer?
1. Lo primero es encontrar un sitio cómodo para sentarte, que te permita tener la espalda derecha. Además, es necesario tener ropa cómoda y dejar la zona de la cintura y el abdomen libre. Nada de cinturones.
2. Lleva tu pecho hacia delante, relaja los hombros y la mirada.
3. Coloca una mano sobre tu pecho y la otra en el abdomen.
4. Inspira de forma lenta y profunda durante cuatro segundos. Al hacerlo, debes percibir cómo la mano del abdomen se eleva mucho más que la mano que está sobre el pecho.
5. Retén el aire por cinco segundos y exhala de forma sonora a lo largo de siete segundos.
Trata de practicar esta rutina a diario y sentirás el cambio.
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Fuentes: