Este martes, la COP dedicó su agenda a la equidad de género, presentando la Declaración de Inírida, liderada por mujeres de la región andino-amazónica. Este documento aboga por la inclusión de mujeres en la toma de decisiones ambientales, destacando su rol en la gestión sostenible de los recursos naturales. Colombia ha señalado que la igualdad de género es esencial para implementar de manera efectiva el Marco Mundial de Biodiversidad acordado en Kunming-Montreal. El empoderamiento de las mujeres y las niñas.

La flor de Inírida es una especie endémica de Colombia. Se le conoce como la "flor eterna", ya que esta planta tiene una capacidad notable para soportar condiciones climáticas extremas y sobrevivir tanto a inundaciones como a periodos de sequía.

Esta flor, que además es el emblema de COP16, dió nombre a la declaración impulsada por este grupos de mujeres colombianas, en el marco del Foro Internacional de Mujeres y Biodiversidad.

Flor de inírida. Créditos: Mateo Fernández Lucero.

El Rol de los Pueblos Indígenas

El protagonismo de las comunidades indígenas ha sido clave en esta COP. Durante una marcha en Cali, liderada por representantes indígenas de la Amazonía, se exigió un acceso directo a los fondos como compensación por su rol en la conservación de la biodiversidad. “No podemos hablar solo del agua o los árboles; somos las personas que cuidan el territorio”, afirmó Oswaldo Muca Castizo, presidente de la OPIAC (Organización de Pueblos Indígenas de la Amazonía Colombiana).

Extractivismo vs. Conservación

A su vez, la cumbre presentó mapas elaborados por organizaciones internacionales que revelan el solapamiento de concesiones extractivas con áreas de conservación en la Amazonía, el Congo y el sudeste asiático. Estas áreas, denominadas Áreas Clave para la Biodiversidad (KBA), cubren más de 500 sitios y 180 millones de hectáreas de bosques. Además, 30 millones de hectáreas de territorios indígenas se superponen con concesiones petrolíferas y gasísticas, lo que pone en peligro la integridad ecológica y los medios de vida de las comunidades locales.

Estamos hablando de riesgos tanto para la integridad ecológica como para los medios de subsistencia de las comunidades indígenas, cuya custodia de las tierras y las aguas en todo el trópico se remonta a milenios.

Los mapas fueron generados por Earth Insight, One Earth, Campaign For Nature, Foro Internacional Indígena sobre Biodiversidad, Comisión Mundial de Áreas Protegidas de la UICN y Wild Heritage.

Muestran más de 500 Áreas Clave para la Biodiversidad (KBA) y 180 millones de hectáreas de bosques de alta integridad que se solapan con concesiones mineras y de combustibles fósiles. Es más, 30 millones de hectáreas de territorios indígenas en la Amazonía se solapan con concesiones petrolíferas y gasísticas y 9 millones de hectáreas con concesiones mineras.

“Preservar la naturaleza es esencial para nuestro futuro común. La tierra y muchos líderes indígenas y locales que la administran están enviando un mensaje claro”, afirmó Tyson Miller, director ejecutivo de Earth Insight.

“Estamos en una encrucijada: podemos actuar ahora para salvaguardar los sistemas naturales que sustentan la vida o seguir en el tren de los negocios como siempre que se dirige a toda velocidad hacia un precipicio”, agregó.

Estas Áreas Clave para la Biodiversidad no sólo albergan una inmensa biodiversidad, sino que también sirven como sumideros vitales de carbono, regulando el clima mundial. La actividad industrial en estas regiones amenaza con empujar los frágiles ecosistemas más allá de los puntos de inflexión, con consecuencias potencialmente irreversibles tanto para la naturaleza como para las poblaciones humanas.

Los recursos genéticos, en el centro del debate

Otro tema fundamental es el establecimiento de un fondo de beneficios derivados del uso de recursos genéticos. Se sabe que los datos genéticos de las plantas son un gran negocio. Durante la Cumbre se busca el establecimiento de un fondo para repartir los beneficios derivados del uso de los recursos genéticos que se encuentran en bases de datos digitales, con el fin de que quienes utilizan esta información genética retribuyan a los países de donde provino es biodiversidad.

Actualmente, las empresas farmacéuticas cosechan los beneficios y las ganancias: el director general de la empresa suiza Novartis recibió un aumento salarial del 21% en 2023, hasta 15 millones de dólares. Pero, por supuesto, un pago del 1% a la naturaleza es impensable.
El debate central es si los pagos de las empresas deben ser voluntarios y a qué países se paga. Al menos parece prometedor que los pueblos indígenas sean los principales receptores de los fondos.

¿Habrá dinero que recibir si las empresas se les da libertad y se les pide que hagan ofertas voluntarias?

También te puede interesar: La COP16 ya está en marcha: ahora, "que pasen de las palabras a los hechos"