Si alguien te preguntara cuál es el residuo más contaminante generado por las industrias humanas, ¿qué dirías? ¿Basura plástica, desechos fósiles, desechos electrónicos? La respuesta es: ninguno de ellos. El residuo humano más contaminante del mundo es la colilla o filtro de los cigarrillos.
Con la frecuencia con la que recibimos noticias sobre la necesidad de reciclar el plástico y sus efectos sobre los mares y la vida marina, sería sensato pensar que el plástico es el artículo más contaminante, pero las colillas, a pesar de su tamaño, son mucho peores. Según un reporte de NBC News, las colillas de cigarro contaminan más que las pajitas o las bolsas de plástico.
El problema de las colillas es causado principalmente por la ignorancia y la falta de concientización al respecto. Escuchamos mucho sobre el plástico pero casi nada sobre otras formas de contaminación.
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¿Cuántas veces has escuchado hablar de planes de reciclaje de colillas de cigarro? Probablemente nunca porque es muy poco lo que se hace al respecto, y los efectos se están empezando a notar.
Mientras que el plástico tarda entre unos 10 a 1000 años en desintegrarse por completo dependiendo de si es una bolsa, botella o algún otro artículo, las colillas de cigarro, hechas con frecuencia de acetato de celulosa, tardan aproximadamente 10 años, pero sus componentes actúan más rápido. Cerca de la mitad de las colillas que se producen anualmente están hechas de este material.
Además, las colillas, que actúan como un filtro para que parte de las sustancias tóxicas que contienen los cigarrillos no entren de lleno a los pulmones, están llenas de estos venenos, que terminan en la tierra o en el océano. Una sola colilla contamina entre 8 y 10 litros de agua de mar.
Según la organización ambientalista Ocean Conservacy, en los últimos 32 años, 60 millones de colillas fueron encontradas en las playas, y se estima que dos tercios de las colillas del mundo son desechadas en la calle o en la playa, sin que existan leyes significativas para regular su reciclaje.
Pero eso no es todo, la inmensa mayoría de las colillas de cigarro no son biodegradables, y el hecho de que no existen programas significativos para su reciclaje implica que pueden contaminar casi cualquier cuerpo de agua del mundo sin que se puedan tomar medidas al respecto.
Algunas colillas terminan incluso en el interior de los cuerpos de animales marinos, como es bien sabido que sucede con los desechos plásticos.
En la actualidad, la organización Cigarrette Butt Pollution, fundada por el profesor de la Universidad Estatal de San Diego, Thomas Novonty, financia campañas para la prohibición de la producción de estas colillas no biodegradables, pero será difícil imponerse sobre el poderoso lobby de las grandes tabacaleras del mundo.
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Fuente:
Eco Cosas
NBC News