Por: DW.
La Dirección del Parque Nacional Galápagos (PNG) anunció este martes (25.05.2021) el hallazgo de una tortuga que se creía extinguida hace más de cien años y que podría tener parientes en la Isla Fernandina, la más occidental del archipiélago ecuatoriano.
El director del PNG, Danny Rueda, declaró que el hallazgo ofrece a la comunidad científica internacional la gran posibilidad de restaurar la colonia de tortugas de Galápagos, solo existentes en este archipiélago también conocido como "Las islas encantadas".
"Estamos planificando una gran expedición en el segundo semestre de este año" a la Isla Fernandina, donde se han encontrado muestras de excrementos de tortugas, lo que abriga la esperanza de la existencia de otros individuos de la especie hallada, explicó.
De su lado, el Ministerio de Ambiente indicó en un comunicado que hace dos años, investigadores del PNG, y Galapagos Conservancy encontraron una tortuga gigante hembra adulta en la isla Fernandina.
Washington Tapia, director de Galapagos Conservancy, explicó que la tortuga fue hallada en 2019 y llevada al Centro de Crianza de Tortugas Gigantes que el PNG tiene en el mismo archipiélago.
Tapia contó que "Fernanda", como le dicen a la tortuga hallada en Fernandina, tenía poco peso cuando fue encontrada en su hábitat, pero que en cautiverio ha ganado volumen y se encuentra bien de salud.
"Fernanda" es una tortuga vieja, de entre 60, 80 o "100 años, quizá", ya que es muy difícil calcular la edad de un quelonio, explicó Tapia. Añadió que no es tan grande como otras que viven en Galápagos, pues su caparazón mide apenas 54 centímetros.
James Gibbs, vicepresidente de Ciencia y Conservación de la misma ONG, aseguró que "uno de los mayores misterios de Galápagos ha sido la tortuga gigante de la isla Fernandina. El redescubrimiento de esta especie perdida puede haber ocurrido justo a tiempo para salvarla".
"Ahora necesitamos con urgencia completar la búsqueda para encontrar otras tortugas", añadió Gibbs.
Las poblaciones de tortugas gigantes de Galápagos fueron devastadas en el siglo XIX por balleneros y bucaneros, aunque también pudieron ser afectadas por erupciones volcánicas.