*Por Manuel Romero, Presidente Grupo Gracias / Fundación Gracias, en el marco del Día Mundial del Agua.
Durante un día promedio de nuestras vidas, utilizamos alrededor de 100-150 litros de agua para consumo y aseo. Este dato no tiene en cuenta el consumo de agua que generamos a través de nuestros hábitos o usos y costumbres que multiplicarían este ratio por varios múltiplos. Ahora bien, desde nuestra mentalidad de consumo y de dar por sentado muchos de nuestros privilegios que tenemos como el agua, nos distanciamos de cuan grave es la problemática de la falta de acceso al agua segura que hoy se gesta como una crisis mundial atravesando a más de 2.200 millones de personas en el mundo.
Vivimos en el juicio de creer que lo que no escasea para nosotros, ni requiere una inversión grande de dinero de obtener y particularmente que es de fácil acceso, es algo del cual podemos utilizar sin discreción ni cuidado. Porque está ahí; abrimos la canilla de nuestra casa y sale agua de manera instantánea, nos bañamos sin límites de tiempo a nuestro placer, consumimos alimentos que requieren miles de litros para su producción, todo lo que nos proporciona el agua para nuestra comodidad lo tenemos al alcance de la mano.
No escribo esto desde la hipocresía de apuntar hacia al otro, sino de mirar de forma introspectiva como son mis hábitos de consumo y cuan consciente estoy de este recurso que, si bien parece un recurso abundante, para otros es un privilegio casi inalcanzable de tener.
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¿Que nos trae este día importante de tomar consciencia y presencia sobre la problemática actual del agua? Para comenzar, nos hace dar cuenta que para más de 7 millones de personas dentro de la Argentina, el agua es un derecho insatisfecho al cual no tienen acceso. Si, 7 millones de personas en el día lidian con uno de los problemas más importantes que azota a la pobreza, la falta de acceso al agua segura.
El agua es necesaria, es salud, es nutrición, es crecimiento, es hidratación, es progreso; el agua es VIDA. Y un día como hoy nos invita a no solo reflexionar y ampliar la perspectiva de esta problemática a nivel local, sino también de ponernos en modo activo para hacer lo necesario a fin de cuidar este recurso tan valioso que tenemos, y a la vez acompañar desde donde podamos a aquellas familias que atraviesan situaciones complejas para obtener agua.
En mi caso, este llamado a la acción fue lo que me catapultó hace 5 años a abordar esta concientización desde la acción y desde tomar partido en colaborar desde Gracias. como desde mis posibilidades personales, en conocer la problemática a fondo, difundirla para que más personas nos hagamos cargo de cambiar realidades y de poner en plano todas aquellas herramientas necesarias para desarrollar programas de acceso al agua junto a las familias y organizaciones que colaboramos para palear esta injusticia.
Bajo el ODS 6 (Objetivo de desarrollo sostenible de ONU), nos dedicamos buscar soluciones sustentables en el tiempo como ser las cisternas de placa o ferrocemento, tanques australianos, o bien filtros de tecnología avanzada, que posibilitan la adquisición y preservación de acceso a agua segura a través de la recolección de lluvias o filtrado de agua de pozo contaminada de arsénico o metales pesados.
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Mi misión como la que perseguimos en Gracias. es darle identidad, respeto y valor a todas aquellas familias que viven día a día con la problemática de recorrer kilómetros diarios para buscar agua en baldes, o de consumir agua de ríos o estanques que no están apta para consumo, como agua surgente que no cuenta con los filtros necesarios para consumirse, trabajar en conjunto para llevar a cabo la mayor cantidad de soluciones que podemos solventar y garantizarles que ese recurso estará cubierto de por vida, sin costo alguno para ellos.
Lo hacemos desde reconocer la parte actora que decidimos ser en esta problemática, desde la responsabilidad de poder alinear esfuerzos para conseguir lo que el estado no puede proporcionar en comunidades vulnerables, desde el orgullo que nos da poder tender una mano a aquellos que lo necesitan, pero por sobre todo desde la consciencia de saber que somos privilegiados de poder contar con el agua al alcance de la mano. Y nuestra lucha y compromiso, es lograr que este recurso sea un derecho para todos y no un privilegio para pocos.