El ser humano evolucionó debido a mucho factores, uno de ellos fue aprender a cocinar sus alimentos, lo que hizo que su intestino se acortara y su cerebro creciera. Miles de años de evolución lo llevaron a domesticar a las plantas, crear la agricultura y dejar atrás una vida de cazador-recolector.
Con el tiempo, la sociedad nos permitió acceder a toda clase de alimentos, dietas y gracias a eso hoy muchas personas pueden decidir qué es lo que comen y qué es lo que omiten sin preocuparse por quedarse sin comida. Pero la evolución continúa y es hora de ver hacia el futuro.
Muchos dicen que el consumo de carne es natural y es como el hombre debe vivir, pero se ha demostrado –desde hace miles de años– que somos perfectamente capaces de vivir sin necesidad de comer carne.
No sólo somos capaces de eso, el consumo de carne animal implica la cruel matanza de miles de millones de animales, el uso de tierra para ganado que destruye millones de hectáreas de zonas naturales y por ende el ecosistema de otros animales y debido a los gases invernadero del ganado contribuye al calentamiento global de manera impactante.
Ahora estamos llegando a un punto crítico. Los rastros continúan negando la entrada a cámaras para registrar lo que sucede ahí. Eso –y las muchas grabaciones clandestinas que se han logrado hacer– hacen obvio la crueldad que los animales viven tras esas puertas. Además, las enfermedades ocasionadas por lo insalubre de esas técnicas es una amenaza a la salud pública.
Por eso hablamos de continuar con la evolución, esta vez asistida por la creatividad humana. Muchos se niegan a dejar la carne animal, pero, ¿y si pudieran comer carne exactamente igual a la de los animales, sin involucrar a los animales?
La biofabricación de células no es algo nuevo. Esto se lleva estudiando y practicando desde hace décadas para ayudar a formar órganos sustitutos para personas que necesitan trasplantes y hasta ahora ha funcionado bastante bien. Para muchos el siguiente paso se encuentra en la biofabricacion de tejido animal.
Hay dos cosas por las que animales en todo el mundo sufren innecesariamente: por su carne, que sirve de alimento, y por su piel, que sirve de vestido. Los expertos creen que si logran crear réplicas exactas de la piel de los animales –que es el tejido más sencillo de replicar– para vestimenta, será cuestión de tiempo antes de que logren crear a gran escala una industria alimenticia de carne sin animales.
Se trata de una realidad a medias. Empresas en Estados Unidos y Europa ya sirven comida de este tipo y aunque por ahora el precio es un poco inaccesible para la mayoría de la población, los avances tecnológicos indican que –siendo positivos– en unos 20 años esa será la principal forma de consumir carne para los países desarrollados.
Esto evitará el sufrimiento innecesario de los animales, permitirá que el terreno ocupado por el ganado regrese a la naturaleza y disminuirá la emisión de gases invernadero que están acelerando el calentamiento global. No es un plan a futuro, es una realidad en la que todos podemos sumarnos, exigir a las autoridades competentes y apoyar a esa industria para que en unos años la crueldad animal sea cosa del pasado.Pero... ¿Qué crees? ¿Comer este tipo de carne está bien? El que se está abriendo será seguramente un largo debate. ¿Cuál es tu primera opinión?