Llevar una alimentación saludable no solo requiere conocer las propiedades nutricionales de lo que comemos, sino también estar atento a qué es lo que elegimos comprar. Si vamos a los hipermercados, a veces puede resultarnos difícil elegir bien: creemos que llevamos una cosa, pero en verdad es otra.
¿Cómo puede ser? Pues hay productos que podemos encontrar en las góndolas que tienen el mismo aspecto e incluso nombre de lo que buscamos, pero no lo contienen en verdad. Veamos algunos ejemplos.
[También te puede interesar: 7 alimentos que tienen un nivel altísimo de azúcar y nunca lo hubieras imaginado]
Miel
Si te fijas bien, mucha de la miel que puedes encontrar en el mercado, aunque la veas como tal y aunque lleve ese nombre en su envase, dicen en letras más pequeñas "alimento a base de miel".
¿Qué quiere decir esto? Que en vez de contener miel pura de abejas, como creemos, con todas sus propiedades naturales, es o tiene agregado jarabe de alta fructosa, un producto elaborado a partir de fécula de maíz que favorece la acumulación de grasa en el hígado y la resistencia a la insulina. Dicho de manera sencilla, no es nada saludable. Es pura azúcar.
Leche
De la misma manera que pasa con la miel, algunos alimentos se ven y parecen leche, pero si prestamos atención podemos leer "alimento lácteo", por ejemplo. Esto quiere decir que contiene un porcentaje de leche y otro de agua, diluyéndose así también las vitaminas, proteínas, calcio y otros nutrientes.
Queso rallado
Si leemos los envases de los quesos rallados, observaremos lo mismo. Aunque parezca queso, se trata de un alimento hecho a base de pan rallado o almidón de maíz con saborizantes, por ejemplo.
Pan integral
Otro engaño es hacernos creer que el pan negro es integral. Por lo general, el pan que parece estar hecho a base de harina integral, o bien solo tiene salvado -que es en verdad la cáscara del cereal que se le adiciona a la harina común blanca refinada- o, en el mejor de los casos, contiene un porcentaje muy menor de harina integral. ¿La mejor opción? Comprar harina integral o panificados de este tipo en dietéticas o tiendas naturistas.
Aceite de oliva
Algunos aceites en el supermercado parecen ser de oliva -así lo dice su etiqueta-, pero si leemos bien, contienen mezclas de aceites: oliva y otro más, como el de maíz, por ejemplo. La mejor opción es el aceite de oliva primera prensada en frío; o el de maíz que también sea primera prensada, pues esto implica que no han sido refinados.
[También te puede interesar: No te dejes engañar por su aspecto: 7 alimentos que se ven muy raros pero tienen excelentes beneficios]
Para no tener que estar como un detective, la mejor opción es comprar en mercados locales o directamente de los productores. Esta es la forma más segura de saber qué es lo que estamos comprando, pero si te resulta complicado, al menos asegúrate de leer bien las etiquetas.