La escuela nosenseña gran parte de lo que necesitamos para vivir. En casa se nos muestra cómocomportarnos, y también recibimos valores y afecto, pero hay cosas que solo se puedenaprender viajando. La gente que cree que viajar es una actividad de placer enla que no debe preocuparse, ha pasado su vida sin adentrarse en las ventajas quelos viajes tienen para cambiar nuestra percepción de la realidad.  

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Así es como un viaje puede resetear tu cerebro. 

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París no es solo una postal en la Torre Eiffel, puede ser la oportunidad de conocer cómo el arte puede generar una catarsis y demostrar el poder que puede tener no solo en las personas, sino en sociedades enteras. Pisar Machu Picchu no se trata de ver una de las zonas arqueológicas más impresionantes del mundo sino también de observar su historia a través de cada piedra, de imaginar cómo se vivía allí, quiénes habitaban ese lugar y descubrir qué tenemos todos en común como seres humanos.  

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Por razones como ésas, la viajera y escritora Sam Aldenton decidió preguntar a viajeros expertos como ella cómo es que viajar los transformaba completamente, al punto de sentir que eran nuevas personas y que su identidad cambiaba.  

Aprendes cosas impensables

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Viajar por todo el mundo te da acceso a cosas que ni siquiera creías posibles. Navegar en Internet te permite ver mucho, pero experimentarlo en la vida real hace que realmente aprendas cosas acerca de otras culturas, ya sea en grandes ciudades o en pequeñas tribus de zonas lejanas a lo que consideramos “normal”.  

Genera un shock cultural inverso

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Viajar por mucho tiempo hace que conozcas tantas cosas que al regresar a casa te sorprendas con que lo que tú muchas veces consideraste normal y resulta algo realmente extraño en el resto del mundo. Puede que veas la política de tu país con malos ojos o que aprendas que la gente de tu país se preocupa mucho por el bienestar de los demás. Te conviertes en un extraño en tu propia casa y debes ganarte tu lugar de nuevo.  

Cambia tu identidad

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Tal vez toda tu vida creíste que tenías un destino, incluso dirigiste tus estudios y actividades extracurriculares para lograrlo, pero al viajar algo cambió. Le ha pasado a millones de personas, por lo que no es algo raro. Muchas veces fuera de la zona de confort la gente conoce y se entrega a una nueva pasión que termina siendo el verdadero camino en su vida.  

Te da una nueva perspectiva

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Toma el siguiente reto. Recuerda un destino al que fuiste hace 10 años y visítalo de nuevo, después compara. Revisa cómo cambió y cómo cambiaste tú, la forma en que lo apreciabas y qué es lo que ahora te interesa o no te interesa de ahí. También puedes ir a un destino nuevo ahora y regresar en unos años para entender cómo hay lugares que nos explican quiénes fuimos y quiénes somos, aunque solo hayamos estado en ellos por poco tiempo.  

 Viajar te cambiará para siempre. No serás otra persona, pero tal vez tus prioridades y valores sí sean otros. No tengas miedo al cambio, es inevitable, pero también necesario.