La vida actual abandera la conexión. Teléfonos, satélites, Internet, vuelos aéreos, carreteras… esta gran red no solo es virtual (ciberespacio), sino también física.

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Todo tiende a interconectar. No es solo la red radio, televisión e informática. También, las cosas tan cotidianas como las redes de supermercados, o los servicios de electricidad o de agua. En toda gran ciudad existe la red del metro. Igualmente, los aeropuertos son nodos que conectan el tráfico aéreo. Los bancos y franquicias despliegan sucursales coligadas entre sí.

La enorme red implica dependencia constante

Dependemos de cadenas de alimentos. También, de redes de bancos y transporte. Asimismo, de la red para la velocidad web. Es necesario conectarse a redes de tuberías de agua para abastecernos con ese líquido.

Esta dependencia repercute en el hogar y vida laboral. Por eso, la gente busca las grandes ciudades. Prefieren las urbes a los poblados remotos, pues en estos último se sienten aislados.

earthship

Hay quienes prefieren una vida fuera de esta red social y de servicios

Son personas distanciadas de la red en vivo (física) y de la red en línea (virtual). Moradores de territorios apartados, a kilómetros de las metrópolis y desenchufadas de lo informático.

Viven en construcciones llamadas earthship, o nave tierra. Sus casas son ejemplos de biotectura, arquitectura sustentable o eco-arquitectura.

Los earthship son casas construidas con materiales naturales y reciclados. Hogares ideados para ser autónomos. Con huertos para siembra, colectando agua pluvial y aprovechando luz solar.

Tienen gruesos muros para una temperatura aislada del exterior. Asimismo, turbinas eólicas y paneles solares para garantizar energía.

¿Cómo es la vida desconectada de la red?

Muchos consideran que es una vida saludable. Un dato curioso es que estas comunidades de earthship no se han visto afectadas por la cuarentena del COVID-19.

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También, tienen sus alimentos y necesidades cubiertas, sin necesidad de ir a supermercados o de compras por productos.

Lo que sucede que estas casas son auto-suficientes. Al estar desconectadas de las redes de servicios y mercado, tienen su propio abastimento. Por ende, quienes las habitan parecen tener ventajas en medio de la emergencia global por el coronavirus.

¿Solo se construyen casas con esta premisa? No, igualmente hay proyectos de otro tipo. Por ejemplo, en Uruguay ya se planea la construcción de la primera escuela sustentable en Latinoamérica. Se trata de una sede educativa, elaborada al estilo de los earthship.

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¿Crees que se puede vivir fuera de la gran red? Hay personas que lo han hecho. Es un ejemplo de nueva vida para el nuevo mundo: sustentable, ecológica y pensando en el ambiente. Tal vez, la nueva existencia humana apunta a la libertad e independencia, sin estar vinculados a una gran red.

Fuentes:

Insider.com