15 señales de que estás con una vibración energética alta

La vida es un constante aprendizaje, pero ya sabemos que no todo en ella es color de rosas. A veces aprendemos desde el amor, pero otras, lo hacemos desde el dolor. Por eso, no siempre estamos felices ni vivimos momentos tan bonitos como nos muestran las publicidades. Pero depende de nosotros capitalizar lo aprendido o sumergirnos en lo negativo y dejar de avanzar.

Tener una vibración energética alta implica comprender que todo lo que te sucede es para tu crecimiento. Es por eso que las personas que tienen una actitud optimista suelen atraer mejores posibilidades e incluso parecieran irradiar positividad a su alrededor. Los pesimistas, por el contrario, se cierran sobre sí mismos y terminan comprobando en el exterior la frecuencia baja que, en verdad, está en su corazón.

¿Estás vibrando alto? Lee estas preguntas y responde sí o no, según cómo te sientas hoy.

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1. ¿Te sientes contento?
2. ¿Crees que, en general, lo que te sucede se ubica en su lugar indicado sin ningún problema?
3. ¿Tienes buena salud?
4. ¿Tu cuerpo se siente bien, sin lesiones?
5. ¿Te quejas constantemente de todo?
6. ¿Te sientes bien descansado y puedes dormir bien?
7. Los sueños que recuerdas, ¿son buenos?
8. ¿Manifiestas las cosas que quieres? ¿Se concretan?
9. ¿Sientes que el tiempo pasa rápido?
10. ¿Te entusiasma despertar por la mañana?
11. ¿Le haces caso a tu intuición?
12. ¿Das y recibes amor?
13. ¿Tus finanzas se encuentran en relativo orden?
14. ¿Te gusta tu trabajo o a lo que te dedicas?
15. ¿Tienes relaciones sanas con los demás?

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Vibras alto si has respondido de forma afirmativa a la mayoría de estas preguntas. Seguro también has contestado que no en algunas. ¡Eres humano, no perfecto!

El objetivo no es tener una vida completamente feliz, eso no existe. Tu energía siempre cambia, pero lo importante es tender a estar lo mejor posible. ¿Cómo? La clave está en mantenernos conectados con nuestro corazón, con el amor de los demás, en ser genuinos y pensar que la vida depende de cómo nos paremos frente a lo que sucede.

Tomar las riendas y decidir para nuestro bienestar es muy diferente de victimizarnos y quedarnos esperando que todo mejore, sin hacer algo al respecto.