Todos sabemos lo que es el amor, las etapas por la que pasa y lo que hay que hacer para mantenerlo vivo. Pero, ¿qué pasa con la fase de desenamoramiento?
Sí, también sucede. Las personas se enamoran, pero también se desenamoran. La cuestión es por qué y cómo ocurre esto. ¿Podemos evitarlo?
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Los conflictos principales que las parejas tienen se basan en una espiral destructiva: un patrón de conducta que genera que una y otra vez se repita el mismo modelo aprendido.
Lo que no te mata te fortalece
Existen cuatro factores que ponen en riesgo el amor en un vínculo durante una discusión y dan lugar al desamor:
1. Defenderse
Es muy complejo poder discutir con una persona que no puede responsabilizarse de sus conductas. Hacer que toda la discusión gire en torno a “yo hice eso porque tu hiciste esto otro” es el camino directo al fracaso en el vínculo. Hay que hacerse cargo de lo que toca y responsabilizarse para poder enfrentar los problemas que, inevitablemente, van sucediendo.
2. Indiferencia
Mostrarse ajeno al conflicto es otra manera de alejarnos de la solución. Evadir, estar en silencio, tener una actitud pasiva, ignorar el conflicto y no darle la importancia que merece. Para solucionarlo y evitar este malestar, la sugerencia es hablar y mantener el diálogo sobre los temas ásperos. No es malo discutir, lo malo es desconectarse de los argumentos.
3. Crítica
Las críticas pueden construir, hacernos crecer y reorganizar lo que nos pasa. Pero las críticas destructivas son las que describen a la persona y no al conflicto. Por ejemplo, no es lo mismo decir: “Por favor, cuando llegues, ¿puedes colgar tu saco en el ropero? Así todo estará más ordenado”; que decir: “Eres un desordenado, me la paso ordenando toda tu ropa que dejas por todos lados, ¡ni siquiera te importa!”
4. Desprecio
Es el factor más destructivo de las relaciones, mucho más que la traición o el engaño. Son burlas, humillaciones, amenazas, desplantes de uno al otro.
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Las etapas del desamor
Existen etapas en los duelos que nos marcan y nos permiten entenderlo para transitar sanamente la pérdida. El aprendizaje constituye el último de los eslabones de este proceso.
1. Negación: incapacidad de aceptar que la relación terminó. Esta actitud suele manifestarse hacia uno mismo y hacia los demás.
2. Ira o enojo: se buscan culpables, causas, razones por las que pudo haber terminado la relación.
3. Negociación: entender los pros y los contras de esta separación, sabiendo que no habrá nada que hacer para dar marcha atrás.
4. Depresión: el dolor es para ambos, el que abandona y el abandonado. Suele ser el momento en que las personas recurren a las redes sociales desesperadamente buscando otra relación que rápidamente "cure" el dolor. Este atajo, esta incapacidad de ahondar en la tristeza, es perfectamente comprensible, aunque difícil de aceptar.
5. Aceptación: es el adiós, la parte más difícil del duelo. No es igual aceptar que olvidar, y hay mucho por hacer todavía.
¿Cómo evitar desenamorarse?
La comunicación, el diálogo, los acuerdos para negociar las dificultades, el tiempo juntos, el acompañamiento en la crianza de los hijos, todo es parte del mismo entramado complejo que hace que una pareja logre sobrevivir a lo largo de los años.
No se trata de “aguantar”, ni de “tolerar”, sino de verdaderamente llegar a nuevas ideas juntos, a construir un día a día donde ambos puedan sentirse a gusto y con ganas de proyectar una vida en común.
El erotismo y la sensualidad en todo esto resultan claves fundamentales. La vida íntima no debe estar a un lado, la pasión es parte de una pareja tanto como lo son el amor, el compromiso y la comunicación.
Entender las crisis como oportunidades de mejorar, de cambiar y de crecer solo depende de nosotros y de nuestra mirada sobre el mundo.
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Fuentes: