La experiecia en la ciudad de Curridabat expone una inesperada pregunta: ¿puede la dulzura ser un nuevo modelo de desarrollo urbano? Entender la ciudad en base a la “empatía” y “dulzura” resulta poco común entre los desarrolladores citadinos.
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Curridabat es una pequeña ciudad en Costa Rica
Todo empezó con encuestas a sus habitantes. ¿Qué querían para la ciudad? La gente respondió espontáneamente y resultó que las personas anhelaban cosas diferentes a las que se planificaban en los escritorios de los urbanistas y alcaldes.
Se hizo, entonces, cambios en las aceras y espacios públicos. Pero estos cambios no solo beneficiaron a los viandantes y al comercios, sino a todos los seres vivos: plantas, mascotas, aves y hasta para los insectos que las zonas urbanas.
La dulzura y empatía hacia la biodiversidad sustituyen, en Curridabat, al PIB. La ciudad no es entendida como un entre “productor”, sino como un espacio para la vida. Ese desarrollo de la biodiversidad y empatía a lo viviente es su nuevo paradigma
¿Qué cambios se hicieron en Curridabat?
Se inició con un “barrio modelo”, pero se terminó trabajando en toda la ciudad. Las primeras obras consistieron en recuperación e intervención de aceras y parques, pero solamente pensando en beneficiar a los humanos.
- Se elaboró una guía de plantas dulces, indicando donde debían ser sembradas: acera, balcón, macetas o parques. Se tuvo en cuenta los roles que estas plantas cumplen en el ecosistema.
- Las plantas tenían la misión de atraer a los agentes polinizadores: abejas, colibríes, mariposas, murciélagos.
- Hay áreas verdes de la ciudad exclusivas para estos polinizadores, lo cual es inédito en las zonas urbanas.
“Más allá del efecto paisajístico, este proyecto ha ayudado a profundizar el contacto de todos con la naturaleza. Ha ayudado a generar conectividad ecológica para muchas especies y a hospedar otras especies nuevas”, explica uno de los arquitectos que trabaja en la ciudad.
- Las aceras y parques se elaboran con materiales que sean “esponjas de agua”, lo cual hace que el agua de lluvia permanezca y no sea desechada.
- Hay un programa de compostaje entre los ciudadanos, transformando así los residuos orgánicos en abono natural. Este compostaje ayuda a minimizar la cantidad de basura en la ciudad.
- Espacios públicos para mascotas: de modo que estos animales tengan áreas para su disfrute.
- Estructuras para las aves, las cuales tendrán donde anidar y beber agua. Además de sembrar especies vegetales que sirven de alimentos para los pájaros en el medio urbano.
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¿Qué opinas del modelo de desarrollo urbano de Curridabat, en Costa Rica? Parece que la dulzura por la naturaleza será la nueva meta del desarrollo urbano, dejando atrás el PIB como criterio de crecimiento en las sociedades.
Fuente: El País.