Joanne Kathleen Rowling nació el 31 de julio de 1965 en la pequeña localidad británica de Chipping Sodbury, cerca de Bristol, en el suroeste de la isla.
En su niñez le apasionaba escribir diversas historias y solía compartirlas con su hermana Dianne. La literatura ha sido un mecanismo de expresión y liberación ya que su adolescencia estuvo marcada por la enfermedad de su madre, quien padecía esclerosis múltiple.
Lectora y escritora entusiasta, fantaseaba nombres extraños para los protagonistas y lugares de sus novelas. Se podría decir que el exitoso futuro de la muchacha estaba predestinado.
En su paso por la escuela primaria gustaba compartir sus relatos e historias con sus compañeros más a fines, quienes la escuchaban atentos y complacidos ante sus magníficos relatos, atrapantes y mágicos.
No obstante, producto de sus inseguridades y timidez, durante los años de su adolescencia no se atrevió a hacer públicas sus historias. Sin embargo, tiempo después llegó la graduación y se matriculó en la Universidad de Exeter. Recién graduada con los títulos de lengua y literatura francesa se trasladó a la sede de Amnistía Internacional en Londres para realizar un trabajo de investigación sobre las violaciones a los derechos humanos en el África francófona.
Tiempo después contrajo matrimonio y fue madre. Ya divorciada, en 1996, decidió retornar a Gran Bretaña con el firme propósito de retomar y terminar la historia del curioso y valiente Harry Potter, joven mago hechicero.
Luego de sacrificios incansables y tardes interminables de escritura logró una beca del Scottish Arts Council que le permitió concluir, cinco años después de empezada, la que entonces era la obra de su vida: Harry Potter y la piedra filosofal.
Hay que destacar la perseverancia que caracterizó a Joanne a lo largo de su vida. Esto es así porque distribuyó la obra a diferentes editorales y todas la rechazaron por tratarse de una obra infantil poco redituable y difícil de vender.
¡Un año después el esfuerzo de JR tuvo recompensa! Barry Cunningham de Bloomsbury, una editorial de Londres pagó a Rowling 1.500 libras como un adelanto por los derechos de autor. Al final, fue Bloomsbury Publishing quien confió en esa historia tras reiteradas frustraciones que aún así, no desanimaron a la autora en su camino literario.
Y como si fuera poco, el editor mencionado le advirtió que ocultara su nombre “Joanne Rowling” y que usara dos iniciales y su apellido. ¿Por qué le habrá dicho esto? Se trató de una advertencia ante la posibilidad de que los lectores fueran reacios a comprar un libro escrito por una mujer. A partir de esto y sin ningún cuestionamiento de su parte, Joanne se identificó por dos iniciales y su apellido completo.
J.R. Rowling se convirtió al tiempo en una autora de prestigio, recibiendo galardones y reconocimientos que la llevaron a continuar la historia de Harry Potter, materializada en obras exitosas, elegidas por millones de lectores.
La historia de la emblemática autora inspira a no abandonar los anhelos, metas y propósitos. Derribó los sufrimientos, tristezas y dificultades convirtiéndolas en acciones, proyectos y obras mágicas que, sin dudas han sido halagadas por sus seguidores.
Sus comienzos, luchas y valores la convierten en una mujer empoderada con convicciones y motivos para continuar elaborando hermosas piezas literarias.