Puede ser atemorizante o excitante para muchos, depende de dónde lo veas: lo cierto es que el proceso de reinventarse abre la puerta a una enorme posibilidad de crear algo nuevo a partir de lo que ya contamos.
Re-inventar significa hacer un nuevo inventario de habilidades y capacidades para el mundo nuevo que se transforma permanentemente.
A las personas con mentalidad fija les resulta complejo visualizarse en nuevos escenarios, con dinámicas de trabajo y cotidianas completamente diferentes de las que conocieron. Sin embargo, las situaciones que se van presentando implican despertar el poder adaptativo que todos tenemos.
En cambio, para reinventarse, es necesario pasar a formar equipo con aquellos que tienen mentalidad de crecimiento, que es generativa.
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3 etapas de la reinvención
Para formatear tu nuevo yo y tus formas de accionar frente al presente, es necesario atravesar tres etapas:
1.- Etapa de duda o negación
En esta fase, la persona siente dudas sobre su propio potencial. De hecho, la mayoría de las personas se restringe respecto a su enorme capacidad adaptativa. Tanto duda que quizás niegue toda posibilidad de cambio o de transformación, que son dos cosas distintas. Durante este período se suele entrar en la parálisis por análisis: quedarse estancado pensando y dándole vueltas en la mente a los asuntos.
2.- Etapa de evaluación y consideración
El siguiente estadío se refiere a que la persona asume que necesita hacer ajustes en las dinámicas que mantenía hasta hace poco tiempo, y empieza a evaluar alternativas. El juicio y las interpretaciones suele estar presente, mucho más que el hecho puro en sí (sin esos aditamentos de consideraciones y valoraciones, por ejemplo, “esto está bien”, “esto no es para mí”, que limitarían una vez más su potencial).
3.- Etapa de movimiento y acción
Una vez atravesados los escalones anteriores, estamos frente a una nueva plataforma de lanzamiento de la reinvención, en la que ya te sientes con las habilidades más definidas. Se trata de tomar impulso y diseñar un plan estratégico que te conducirá al nuevo ser en el plano personal y profesional, donde abandonarás tus viejos trajes, para sumir roles flamantes y distintos a los que conocías.
Para acompañarte en este proceso puedes incorporar otras competencias mediante la formación, hacer experiencia y nutrirte del networking de intercambio de experiencias, coaching profesional y mentoreo con personas que ya lo han hecho.
6 ideas para reinventarte
Para empezar ahora mismo, la invitación es a que explores todo tu potencial, que por lo general está restringido dentro tuyo: al conocerlo, reconocerlo y liberarlo surgen alternativas y la apertura al mundo de lo posible. Estas seis ideas servirán para empezar a ponerte en acción:
1. Haz un FODA: es una matriz sencilla, dibujando una cruz en una hoja, donde colocarás en cada cuadrante tus Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas. Te permite tener un diagnóstico de dónde estás y del panorama disponible para definir tus acciones y ajustes.
2. Buscar una red de apoyo: la reinvención implicará transformaciones tanto en lo personal como profesional, y el entorno influye en nuestras decisiones. Es importante que te rodees de personas que te estimulen y apoyen.
3. Pensar en infinitas posibilidades: especialmente en momentos de incertidumbre donde nada es seguro, todo es posible. Parece un contrasentido, aunque así es: la falta de consistencia y volatilidad hace que todo pueda ocurrir, por lo que hay mayor permeabilidad para lo nuevo, innovaciones y enfoques diferentes en todas las actividades.
4. Actuar y medir los resultados: tan importante como reinventarse es enfocarse en el actuar, llevar a la práctica mediante una estrategia y plan de acción, e ir midiendo el resultado concreto. En tiempos cambiantes los resultados pueden verse en plazos variables, por lo que si bien no se puede predecir bien qué va a ocurrir (te recomiendo no estar demasiado pendiente de la futurología de los expertos), puedes establecer un análisis mensual para verificar y ajustar el rumbo.
5. Crea tu Marca Personal: si no lo has hecho, este es el momento de conformar tu sello distintivo, tu huella con ADN personal que te permitirá que el mundo te distinga entre los millones que están reinventándose. La Marca Personal es la puesta en valor de tus capacidades combinadas con tu estilo de ser y tu sello.
Luego, desde las tácticas, utilizarás herramientas como las redes sociales, el networking, la generación de valor en tus propuestas de productos y servicios y las alianzas; son sólo ejemplos para llamar la atención de este nuevo “yo” que va surgiendo. Recuerda: la marca personal se da cuando el producto eres tú, y es indispensable tanto si trabajas independiente como dentro de las organizaciones.
6. Equilibrar las emociones: otro eslabón fundamental es trabajar en tu auto conocimiento, para detectar aquellos comportamientos que atenten contra tu proyecto. Por ejemplo, contratar un coach con experiencia de varios años te ayudará a reconocer, elaborar y ajustar el impacto emocional que vas sintiendo, y a su vez, te propulsará hacia el siguiente nivel de lo que quieres lograr.