Se necesitan 2.700 litros de agua para hacer una simple camiseta de algodón. ¡El equivalente a lo que bebe una persona en 3 años de su vida! Debido a estos impactos ambientales, entre otros problemas ecológicos y sociales, la industria de la moda hoy está siendo cuestionada.
Según un estudio reciente, la crisis del coronavirus paralizó el camino eco-friendly ya iniciado por algunos pioneros del sector. La fórmula consistía en invertir en materias primas como fibras textiles más sostenibles y reducir así parte de las emisiones de carbono, entre otras iniciativas positivas.
Rápidamente las industrias de la moda tuvieron que pensar en lo inmediato: subsistir económicamente durante el aislamiento mundial. ¿Cuál es la paradoja que sorprende? Se demostró que el daño de no reconvertirse hacia el camino de la sustentabilidad puede ser irreversible si solo se piensa en términos de supervivencia. Esto lo vienen exigiendo los consumidores y los grandes accionistas desde hace tiempo: un cambio de paradigma.
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TENDENCIAS QUE LLEGARON A LA INDUSTRIA PARA QUEDARSE
1) Cuidado de los activos para "surfear" la crisis económica
Es momento de proteger en el sector de la moda lo más valioso que tiene y enfocarse en lo esencial: sus trabajadores, la preservación de la cadena de valor, además de escuchar a los consumidores. Preguntas como estas son fundamentales: ¿Hay costos innecesarios? ¿Se pueden reutilizar los textiles que quedan en desuso? ¿Cuál es el modelo más rentable a largo plazo? Prepárate para experimentar una etapa de reinvención de la industria.
2) Primero la demanda, segundo el inventario
Una práctica común, denunciada y poco conocida, es la cancelación sin previo aviso de pedidos a proveedores que ya han cumplido su trabajo de confección. Esto está relacionado con el siguiente problema: hay una falta de un análisis responsable del inventario que realmente se necesita.
Las grandes compañías desconocen si tienen exceso o falta de stock. Por esto, la investigación resalta la urgencia de encontrar soluciones responsables para administrar las compras adecuandolas a la demanda y disminuyendo el sobrestock que trae gastos innecesarios.
3) La sostenibilidad, una pieza clave de la estrategia
Mira hacia el futuro y verás esta nueva normalidad: la ropa no sólo será destacada por su durabilidad y buena calidad, sino que también estará asociada con la confianza y el bien colectivo.
Algunas de las ideas que puedes investigar alineadas con esta nueva forma de vestirse pensando en el planeta son: el slow fashion y el reciclaje de textiles utilizando técnicas como el batik. Todos en pos de una misma meta: consumir de manera circular.
4) Ser transparente con la comunicación
Las marcas deberán dejar atrás el greenwashing, es decir, simular que están interesadas por el ambiente cuando en realidad puertas adentro no planean generar un impacto positivo sincero.
Si piensas en las próximas generaciones es interesante saber que nueve de cada diez jóvenes de la Generación Z creen que las empresas tienen la responsabilidad de abordar las cuestiones sociales y ambientales.
En conclusión, los sectores de textiles, calzados y accesorios que trabajen por estar un paso adelante en la moda sustentable ganarán un lugar que está vacante en el corazón de los consumidores. Además, como un efecto contagio, alentarán a que la industria se encamine más rápido por un nuevo horizonte más amigable con el planeta en que vivimos.