Hace algunos días, una carta se hizo viral cuando apareció pegada por toda la ciudad de Murcia (España). Primero fue compartida por varias personas de la ciudad, a las que les parecía "romántica", y luego también se difundió en todo el país.
La carta, supuestamente de amor, era de un hombre que buscaba a una mujer que le había parecido atractiva al verla en el travía, durante una noche de fin de semana. Quien firmaba esa carta aseguraba saber que la chica "estaba triste" y "vivía un infierno", y decía que él quería hacerla feliz.
Ahora, apareció otra carta, y esta vez, se difundió en el mundo entero: es una respuesta de la joven buscada, "la chica del tranvía", que cuenta cómo vivió la misma situación, pero desde su punto de vista.
Para la joven, el encuentro en el tren no fue para nada algo romántico o un flechazo. Ella lo sintió como un acoso. Tuvo miedo al notar que un extraño la miraba, y llegó a pensar en bajarse del tren. Sintió alivio cuando llegó a salvo a su casa.
Quizás la carta del hombre puede tomarse como ingenua, aunque llama la atención que él asegure que la chica, a quien no conocía, estaba triste, y él podría alegrarla.
Pero cuando leemos la respuesta de la mujer, queda claro que ella estaba muy lejos de querer terminar la noche con un desconocido, que estaba cansada pero no estaba triste ni odiaba su vida. Y que era el hombre que la miraba quien la había hecho sentir mal:
Éstos son algunos fragmentos de la respuesta de la joven:
"Ojalá aquella noche del bando, sobre las 22 pm, no me hubiera subido al último vagón del tranvía en la parada de la Plaza Circular". "Estaba agotada. Sin embargo, no hay descanso para las mujeres, siquiera en el transporte público".
"No me sorprendía que un extraño me mirara más de lo normal. No es la primera vez que me pasa, pero nunca te acostumbras".
"Sentí alivio cuando ibas a bajarte. Pero no te detendrías ahí. No. Tuviste que insistir."
"Ahora Murcia está empapelada con tu declaración "de amor" reclamándome para mí. Pero no es más que una declaración de acoso." "¿Crees que un desconocido, que no me conoce, sabe cómo hacerme feliz? ¿Cómo crees que me hace sentir leer tu entrevista en los periódicos?"
"Si de verdad quieres sacarme una sonrisa, deja de buscarme. No insistas más".
El acoso callejero o en espacios y transportes públicos es una problemática muy compleja de tratar porque, en muchos casos, se esconde detrás de conductas que están naturalizadas, y que llegamos a creer que son positivas y hasta románticas.
Por eso, escuchar a todas las partes involucradas en estas historias, y difundir las denuncias y mensajes de las personas que sufren el acoso, es necesario para que toda la sociedad pueda reflexionar.
En este caso, nada pasó a mayores, pero nunca debemos olvidar los cientos de casos por día, en todo el mundo, que terminan de la peor manera.