¿Qué lleva al ser humano a tallar grandes dibujos en las paredes o techos de cuevas estrechas y oscuras? Y además, figuras de aspecto humano, animales, y patrones abstractos tan enormes que ni siquiera el artista podía verlos por completo debido a lo estrecho del espacio en el que los pintaba.
Las pinturas rupestres descubiertas ahora en una cueva del estado de Alabama, Estados Unidos, tienen probablemente un significado religioso, según estima el equipo arqueológico dirigido por Jan Simek, de la Universidad de Tennessee. Esto se debe a que las cuevas se consideraban entradas al inframundo en las creencias de los indígenas. "Las grandes figuras de la 19ª Cueva Sin Nombre representan probablemente espíritus del inframundo", escribe el equipo de Simek en la revista Antiquity. "Su poder e importancia se expresaban en el tamaño y el contexto de estas imágenes", dijeron los arqueólogos. "Los motivos son tan grandes que sus creadores los dibujaron sin poder verlos en su conjunto".
Un dibujo de 3,40 metros de una serpiente con cabeza redonda, también descubierto en la cámara de techo bajo, posee, asimismo, un significado religioso. Es la pintura rupestre más grande encontrada hasta ahora en América del Norte. El dibujo de la espalda de la serpiente se asemeja al cuerpo de una serpiente de cascabel diamantina, o crótalo diamante. "Ese impresionante animal era sagrado para los pueblos del sureste y de otros lugares de América", explican los arqueólogos.
Figuras inusuales de aspecto humano
Los motivos de serpientes, como las serpientes de cascabel, aparecen en muchos dibujos precolombinos y, en consecuencia, son fáciles de identificar. Algo diferente ocurre con las figuras antropomórficas halladas en la cueva.
Es cierto que también aparecen formas familiares en las figuras de aspecto humano, que llegan a medir 1,80 metros. Sin embargo, "no sabemos a quién se supone que representan estas figuras antropomórficas: no corresponden a ninguno de los personajes documentados etnográficamente de las historias de los pueblos indígenas del sureste, y tampoco a los materiales iconográficos de los hallazgos arqueológicos", admiten los expertos.
Las figuras descubiertas tienen cabezas angulares y torsos decorados con patrones de líneas transversales y longitudinales. Las líneas que sobresalen de las cabezas podrían representar plumas u orejas puntiagudas. (Y así, presumiblemente, encender la imaginación de los que creen en una antigua visita extraterrestre a la Tierra).
Extensión solo reconocible en el modelo tridimensional
El hecho de que se puedan reconocer las grandes figuras -aunque sus creadores nunca pudieron verlas en todo su esplendor en los estrechos pasillos- se debe a un hábil truco. Como no se podían tomar simplemente fotografías por falta de la distancia necesaria, los investigadores cartografiaron toda la cueva mediante fotogramas.
Para ello, tomaron un total de 16.000 fotografías parciales superpuestas de todas las paredes y techos de la cueva. Después, las imágenes completas se combinaron en el ordenador para crear un modelo tridimensional.
Solo a través de este modelo tridimensional los investigadores pudieron hacerse una idea de la extensión de las enormes tallas. "Los modelos 3D de la cueva permitieron identificar glifos muy grandes que, de otro modo, no eran reconocibles", afirma el equipo dirigido por Jan Simek.