5 cosas que debes repetirte todos los días si no quieres tener (o volver a tener) una relación tóxica
Tenemos muchas creencias que hemos aprendido a lo largo de nuestra vida, y accionamos basados en ellas, lo cual hace que tantas veces nos encontremos en los mismos lugares una y otra vez.
Si alguna vez tú o alguien que conoces ha tenido una relación tóxica debes saber bien que tienen la cualidad de hacer mucho daño, especialmente a nivel emocional. Una relación tóxica puede trasladarse a cualquier tipo de vínculo: con un padre o una madre, un jefe/jefa, una pareja, una amistad, u otros.
A diferencia de las relaciones sanas, las tóxicas funcionan como una esponja: absorben de nosotros todo lo bueno. A veces esto es de a poco, y no resulta tan visible; y otras, puede ser muy abrupto.
Sea como sea, una relación tóxica, como lo dice su nombre, es mejor que ni se desarrolle, ya que muchas veces, cuando se ha afianzado, es más difícil de romper porque su propia dinámica puede hacernos confundir acerca de qué nos hace bien o no.
Para no caer en este tipo de relaciones lo mejor que puedes hacer es trabajar sobre ti mismo para estar lo suficientemente seguro y enraizado en lo que eres que nadie pueda hacerte cambiar de opinión.
Una persona que acepta quien es, y desarrolla su amor propio, es alguien que está menos expuesto a un vínculo tóxico, ya que detecta más rápidamente cuando algo no está bien o le hace daño.