Encontrar una pareja compañera no es algo sencillo. Menos aún si llevamos vidas cada vez más individuales, centradas en nosotros mismos.

A veces puede resultarnos tan difícil congeniar, iniciar una nueva actividad o simplemente mirar por encima del móvil, que las apps de citas se vuelven una ayuda.

Hay muchas parejas que se formaron gracias a ellas, y otras cientos de miles de personas a las que no les funcionó.

No hay una regla para ello. Puede que si las usas conozcas a alguien interesante que comparta la misma búsqueda que tú; o puede que solo se convierta en una anécdota.

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Sea como sea, no debes dejar que usar las apps de citas te haga olvidar algunas cosas importantes del amor real.

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LAS CHARLAS PROFUNDAS

En las apps de citas es muy común mantener conversaciones que, muchas veces, no llegan a nada. Cada cual abre la aplicación cuando puede, contesta a destiempo, y se pierde el hilo de lo que se hablaba.

En el amor real, si es que la app te lleva hacia allí o no, las charlas sinceras y profundas le ganan la batalla a cientos de "cómo estás". No lo olvides, pues es eso lo que realmente hace la diferencia.

LA MIRADA A LOS OJOS

Las apps de citas están configuradas en base a una selección de fotos. Pero, más allá de cuán atractiva sea o no la persona, no hay nada como la mirada a los ojos. Hay algo que se genera en ese momento presente entre ambas personas que va más allá de cualquier imagen estática. Es la "magia" del amor real.

LA INTUICIÓN

Fuera de las apps, está la intuición, eso que te dice desde adentro que "sí" o que "no". A veces con chats cortos es muy difícil poder ponerla a jugar. En el amor real, cuando llega, casi todo, en el primer momento, es intuición y deseo.

EL PEQUEÑO UNIVERSO

Entre dos personas se genera un pequeño universo, la sensación de que no importa cuántas mujeres u hombres hermosos más hay por ahí, porque hay algo de ese momento con el otro que es casi sagrado.

Las apps a veces pueden hacerte caer en la ilusión de que hay millones de personas dispuestas para ti, pero la construcción de un vínculo, si es que eso es lo que quieres, no es tan simple como dar un "like". Requiere de ti y del otro, tan enteros e imperfectos como son.