La moda habla por nosotros. Lo que usamos representa nuestra identidad y quiénes somos. Sin embargo, todos hemos caído en una trampa: consumir y perseguir las últimas tendencias. A continuación, te contamos las desventajas de esta forma de comprar y te damos consejos para que empieces a familiarizarte con la moda sustentable.
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Fast Fashion o moda rápida
La industria textil se ha convertido en la segunda más contaminante de la Tierra, luego del petróleo. El fast fashion se basa en crear prendas de manera rápida, de mala calidad, en forma masiva y grandes volúmenes, y a un precio muy bajo. Compramos, y al poco tiempo, desechamos a la basura, que tarda siglos en descomponerse y emite gases nocivos.
Se produce de forma industrializada, provocando una gran contaminación masiva por la rotación de su producto. Además promueve el uso de materiales contaminante, como el poliester, los cuales no tienen buena calidad y por ende tampoco duran demasiado.
La media de uso de una prenda es de tan solo siete veces. Por ende a mayor demanda, mayor producción para abastecerla, y no se realiza de manera sustentable. Por ejemplo, para fabricar un solo pantalón vaquero, se requieren 3.000 litros de agua y un kilo de algodón. Pero el problema no solo está en el exceso de los recursos que se utilizan sino también en los residuos que genera la industria, que acaban contaminando ríos y mares.
Esta moda es perfecta para seguir la tendencia del momento. Es pasajera y barata, pero sin calidad. Así, se incentiva un mayor consumo y en consecuencia una mayor producción. En definitiva, conlleva un gran impacto negativo no sólo en el ambiente, sino en las condiciones laborales.
slow fashion: otra manera de ver la moda
A diferencia del Fast Fashion, la moda lenta crea prendas atemporales, con materiales de mayor calidad y aunque esto haga que el producto salga más caro, la ventaja es que dura más. La prioridad está en calidad sobre la cantidad. Es decir, una producción más lenta y cuidada que en definitiva ayuda a proteger al ambiente y además, respeta los derechos humanos, laborales de las personas que trabajan en esta industria.
Su objetivo es disminuir los tiempos de la producción y consumo. Es la antítesis de lo que llamamos moda industrializada, ya que desde la elección de la materia prima hasta la venta del producto tiene en cuenta criterios de sustentabilidad. Nos ayuda a conectarnos desde una manera mucho más responsable con la ropa que compramos y nos invita a alejarnos de perseguir las últimas tendencias.
Volver sustentable la industria textil implica cambiar los tiempos de producción así como también nuestro consumo. Tenemos que corrernos del lugar de consumir de una manera casi adictiva para hacerlo de una forma más consciente, ética y responsable.
Las ventajas de la moda ecológica es que apuesta por el reciclaje y por adquirir productos de segunda mano o vintage; nos incita a donar aquella ropa que no usamos para que otra persona pueda darle otro ciclo de uso; los materiales de fabricación son sostenibles y la ropa en definitiva es más exclusiva y propia de cada persona.
Consejos para unirnos a la moda sustentable
1) Empezar a ser consumidores conscientes: elegir aquella ropa que vaya con nuestra identidad y no porque esté a la moda. Tengamos consideración las condiciones en las que que trabajan las personas en la industria textil y cuestionemos los efectos del Fast Fashion sobre el ambiente. Antes de comprar, podemos preguntarnos: ¿Dónde se ha hecho la camiseta que llevo puesta? ¿Quién la ha hecho? ¿En qué condiciones?
2) Consumir ropa reciclada, de segunda mano o vintage: así podemos darle más uso a las prendas que otra persona descartó. Sabemos que muchas de las modas, al tiempo vuelven a aparecer. Por eso podemos ayudar al ambiente comprando ropa ya existente, de mejor calidad y a un precio más barato. Y por supuesto, podemos revisar el placard de madres, padres y abuelos para ver qué encontramos.
3)Intercambia ropa con amigos o familiares: lo que nosotros ya no usamos, seguramente a alguien de tu entorno pueda interesarle y darle otro uso. Además, es un plan original y divertido.
4) Alarga la vida de la ropa: tomémonos el tiempo para coser, reparar aquellas prendas en mal estado o que están dañadas. Hoy en día, todo está en Internet, puedes encontrar un montón de tutoriales que te enseñen y te ayuden a darle valor al trabajo que hay detrás de cada prenda.
5) Compra en marcas sustentables y/o en emprendimientos: empecemos a consumir y a apoyar a aquellos que trabajan con productos reciclados y materiales orgánicos. Optemos por productos artesanales.
6) Disminuir el consumo de ropa: no comprar de forma compulsiva, siguiendo las últimas tendencias, sino elegir prendas especiales y que nos identifiquen. Incorporemos prendas clásicas que duren más tiempo y sean atemporales. Vistamos prendas que cuenten quiénes somos.
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