El agua es un elemento fundamental para la vida. Por eso, desde 1992, la ONU estableció el 22 de marzo como el Día Mundial del Agua. El objetivo de esta fecha es fomentar el buen uso de los recursos hídricos. Además, a partir de 2010, el derecho al agua fue reconocido como derecho humano, por lo que la fecha se convirtió también en una efeméride que recuerda que el agua potable debe ser accesible para todos los habitantes del mundo, sin distinción de género, raza, edad o condición socioeconómica.
A pesar de ser el recurso no renovable más importante del planeta, el agua no se cuida debidamente. Los malos hábitos a veces persisten y hasta se acentúan con el pasar del tiempo: cepillarse los dientes con la canilla abierta, dejar el agua corriendo antes de entrar a la ducha o mientras limpiamos la vereda, todo eso implica un derroche de agua que el mundo no se puede permitir. Para tener una idea de cuánta agua es desperdiciada, se estima que en sólo diez minutos de ducha se consumen aproximadamente 200 litros de agua; y una canilla goteando puede llegar a desperdiciar 80 litros cada día.
Pero el agua no sólo es derrochada. La contaminación es otro de los grandes problemas que amenazan a este recurso. Tirar una colilla de cigarrillo al piso, por ejemplo, puede contaminar hasta 80 litros de agua. Lo mismo pasa con la basura que se tira en la calle: esos desperdicios van a las alcantarillas y terminan contaminando napas, ríos y mares.
Sin embargo, una de las acciones más contaminantes para el agua tiene lugar casi a diario en nuestros hogares y ocurre, sin que lo sepamos, cuando tiramos el aceite que usamos para cocinar por las cañerías de nuestras cocinas. Tan sólo un litro de Aceite Vegetal Usado (AVU), puede contaminar hasta 1000 litros de agua. Esto es algo que debemos aprender a cambiar.
Por eso, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires impulsó, a través de su Ministerio de Ambiente y Espacio Público, una campaña que estuvo dedicada a concientizar y, al mismo tiempo, contrarrestar los efectos negativos que el vertido de AVUs tiene sobre el agua. Entre el 20 y el 23 de marzo, el Gobierno habilitó 15 Puntos Verdes para que reciban botellas con el aceite que los vecinos de la ciudad habían utilizado para cocinar. Aquellos que llevaban su aceite usado a cualquier de los Puntos Verdes participantes, recibían a cambio una ecobotella.
En tan sólo tres días, la campaña permitió recolectar 766 litros de AVU. Si tomamos en cuenta la estimación mencionada anteriormente (1 litro de AVU=1000 litros de agua contaminada), los resultados de la campaña permiten suponer que se evitó la contaminación de más de 750 mil litros de agua. El Punto Verde que más aceite recibió fue el de la Plaza Almagro, que recolectó 130 litros.
La campaña ya terminó, pero los vecinos que aún deseen traer sus AVUs para proteger el agua pueden seguir haciéndolo. Solamente deben acercarse a los Puntos Verdes Especiales o al Punto Verde Móvil y traer su aceite en una botella cerrada de no más de 1,5 litros. Recuerden que el aceite debe estar frío para evitar deformaciones en la botella y posibles quemaduras.
Además de ser contaminante, otras de las consecuencias del vertido de AVUs son la obstrucción de los desagües cloacales y pluviales y la propagación de insectos y roedores.
Fuente:
GCBA