Un artista utilizó un invernadero con plantas medicinales en vez de la clásica mascarilla. El resultado es una suerte de casco, provisto con una protección vegetal. La imagen ha sido muy comentada en Internet.
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Un artista nativo de Bélgica
Se llama Alain Verschueren y tiene dos trabajos: es creador artístico y trabajador social. En principio, su idea parece algo incómoda. No obstante, él se ha encargado de usar este casco y mostrarlo en la web.
En Francia han diseñado una mascarilla compostable, puesto que la basura causada por los barbijos es mucha. Por lo tanto, se espera minimizar la cantidad de desechos derivados de este artilugio de cuidado para la salud.
Por otra, se ha formado un debate con la siguiente pregunta: ¿cuáles son los cubrebocas o barbijos más seguros? A esta interrogante, Alain Verschueren ha respondido con una solución bastante original.
Una opción para aislarse del mundo
Así lo ha descrito el artista belga. Él lo ha llamado el oasis portátil. Tiene una forma casi cerrada, convirtiendo en un invernadero que rodea la cabeza del usuario. Curiosamente, su invento fue creado hace más de una década.
Hace 15 años, Alain Verschueren inventó este invernadero portátil. Lo hizo pensando en aislarse de la contaminación de las grandes ciudades. Nada mejor que tener un microclima saludable en medio del smog.
La gran ventaja es que todo el dióxido de carbono que se respira se convierte de inmediato el oxígeno. Sin embargo, en tiempos de pandemia también permite aislarse del temible contagio del coronavirus.
Resulta importante indicar que, este casco, también aísla de los ruidos del exterior. Es una verdadera protección, que permite cuidar tanto la salud como la tranquilidad. Tal vez, el asunto que en cascos bastante llamativo.
El artista Alain Verschueren sale a la calle a pasear con su invernadero portátil. La gente se le queda mirando, le pregunta y le toma fotografías. Por su parte, él parece disfrutar de esta situación y generar una pizca de polémica.
El coronavirus desencadena preocupaciones ecológicas
Se indaga mucho por la cantidad de desperdicios derivados de la pandemia: barbijos, guantes, envases de gel, etc. También, por el cuidado de especies animales que deben permanecer en su ambiente natural.
Ha sido todo un tema colateral del COVID 19. Lo cierto es que un artista de Bélgica ha creado una suerte de ambiente verde para la cabeza de cada persona. Algo que nos recuerda el casco de un astronauta, pero con plantas.
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¿Usarías el casco-invernadero del artista belga? Por ahora, parece un adminículo excéntrico. No obstante, quizás en las décadas venideras se convierta en algo que todos usemos.
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