El 25 de julio se celebró el Día Fuera del Tiempo o Día Verde, la jornada del calendario maya dedicada a meditar y reflexionar sobre las ganancias, los logros y las lecciones aprendidas antes de darle la bienvenida a un nuevo ciclo.
Inmediatamente después comenzó el Año Nuevo Maya 2021, conocido como “el año de la Semilla Eléctrica Amarilla”, caracterizado por la energía de la creatividad y el crecimiento.
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A diferencia de nuestro calendario gregoriano, para la civilización maya el año tiene una duración de 13 meses de 28 días. Ese es el tiempo que tarda la Tierra en dar un giro completo alrededor del Sol.
El almanaque occidental impuesto en 1582, y utilizado desde ese entonces, se basa en la idea de que nuestro planeta gira alrededor del Sol durante 365 días y cada cuatro años se agrega uno más, (el 29 de febrero que define al año bisiesto), para ajustar el desfasaje de seis horas acumuladas por año.
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Fin de la tormenta lunar azul
Desde el 26 de julio de 2020 hasta el 25 de julio de 2021, tuvo lugar el año de la Tormenta Lunar Azul. Ese ciclo se caracterizó por el caos y los desafíos permanentes.
Aquel reto donde fue puesta a prueba nuestra capacidad y energía para reinventar la vida en diferentes aspectos, ya forma parte del pasado. Aunque, todas esas experiencias servirán para cosechar lo que se sembró en medio de las adversidades.
El nuevo año de la Semilla Eléctrica Amarilla propone cultivar el crecimiento espiritual para detectar los obstáculos que bloquean las metas. La semilla marca la voluntad de ser más conscientes de la realidad en la que vivimos, y requiere de un balance personal, porque expande tanto lo bueno como lo malo que hayamos cultivado dentro de nosotros.
Ese florecimiento individual después tendrá un impacto en la vocación de servicio, la colaboración, la cooperación y la ayuda hacia los demás. La energía “eléctrica” simboliza esa luz interna de cada ser, que ya no debe ser usada para el encierro personal, sino para un trabajo colectivo que una a la humanidad.
La metáfora de sembrar cuestiona qué estamos plantando hoy para crear nuevas realidades y con qué recursos contaremos en el futuro. En este sentido, la defensa del medioambiente se acrecentará en este nuevo ciclo alineado con la vida útil del planeta.
La nueva etapa consistirá en la búsqueda de la creatividad, los dones y los talentos de cada persona para aportar al entorno: no alcanzará con ser, sino también con hacer más.
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Fuente: lanacion.com.ar