La autoestima y el amor propio son elementos esenciales de una vida sana y emocionalmente estable. Tener un concepto alto pero realista de nosotros mismos nos ayuda a mantener los pies sobre la tierra y a mantener la estabilidad necesaria para vivir felices y en paz.

Sin embargo, a veces nos dejamos consumir por sentimientos negativos y permitimos que nuestros pensamientos más oscuros y pesimistas se apoderen de nuestro bienestar emocional.

Estos son algunos indicadores de que no te amas tanto como deberías, y lo que puedes hacer para solucionarlo.

[También podría interesarte: Cuál es el problema de cada signo en el amor y cómo solucionarlo]

Una adolescente con expresión triste sentada al lado de una ventana

Sueles tener relaciones tóxicas

Caer frecuentemente en relaciones tóxicas es una mala señal para cualquier persona, pero lo peor es que la mayoría no se da cuenta de haber entrado en una espiral de malos vínculos.

Permitir infidelidades o dejar que tu pareja te humille, en público o privado, es una forma de perder respeto por ti mismo. Es mejor que estar con una persona que te inspire a respetarla, admirarla y sobre todo a amarla.

Tus decisiones no son tuyas

Si te sorprendes a ti mismo tomando decisiones que complacen a los demás, pero no a ti, algo no está bien. Esto incluye estudiar una carrera que no te gusta, tener un trabajo que no te gusta, practicar un deporte solo porque te dijeron y no porque sientes pasión real.

Recuerda que los días son breves y la vida es apenas un suspiro como para malgastar energía y pasión en hacer lo que los demás quieren que hagas. Toma las riendas de tu vida y haz lo que llene tu alma de regocijo.

Comparas tu vida con la de los demás

Si te sorprendes sintiendo malestar o celos cuando alguien cercano a ti hace algo que tú siempre has querido hacer, como puede ser un viaje internacional u obtener una determinada posición de trabajo, esto es una mala señal.

Estos sentimientos son resultado de una vida insatisfecha que se siente superada por lo que los demás hacen. No es posible llevar un vida plena y feliz si siempre estamos hundiéndonos a nosotros mismos por lo que sentimos que los demás hacen mejor que nosotros.

Haces lo que sea por un grupo

Todos queremos tener interacciones sociales y preferiríamos rodearnos de amigos, pero algunos llevan este deseo al extremo. Algunos son capaces de cambiar de personalidad o gustos sólo para sentir que los demás los aceptan en su círculo.

Esto no es necesario, los buenos amigos aceptan a las personas por lo que son sin exigirles que cambien. Solo te harás daño a ti mismo si modificas lo que eres por los demás.

Pensar obstáculos

Necesitas llamar la atención

Ser popular y socialmente aceptado es algo que la mayoría de las personas desea y busca, pero algunos pueden llevar el deseo por el reconocimiento a niveles inapropiados, cometiendo excesos con la esperanza de ser reconocidos.

Hay que recordar que ser el centro de atención no es la única manera -ni la mejor- de ser una persona valiosa que aporta para el grupo o la sociedad.

Quieres dar la impresión de una vida perfecta

Ninguno de nosotros tiene una vida perfecta, y aferrarse a la idea de proyectar perfección es solo una forma de ocultar nuestras propias fallas y defectos. Cuando aprendemos a aceptar que los defectos son parte natural de la vida y que nadie está exento de ellos, nuestra vida mejorará inmensamente.

Aceptas humillaciones

Ya sea de la mano de tu pareja, amigos, familiares o cualquier otra persona de tu vida. No vale la pena rodearte de personas que te denigran y degradan constantemente al hablar a tus espaldas, se burlan de ti o te ponen en situaciones de riesgo físico y emocional. Los amigos verdaderos son los que se preocupan por ti y luchan por tu bienestar.

Te exiges demasiado

Muchas veces somos más duros con nosotros mismos de lo que somos con los demás, y nos exigimos estándares imposibles que no aplicamos a otros.

De vez en cuando, es bueno dar un paso atrás y reconsiderar las cosas. Puede que sea un buen momento para dejar de ser tan exigente contigo mismo, relajarte y valorar todo lo que tienes. Tus capacidades son únicas en el mundo y deberías apreciarlas.

Te sientes inferior a los demás

Incluso en ocasiones en las que claramente eres igual a los que te rodean, puede que tus inseguridades sigan diciéndote que eres inferior. Esto es un problema serio que puede herir tu autoestima a largo plazo.

[También podría interesarte: Cómo demostrar que te amas, incluso en los peores momentos]

Muchos pasamos por fases negativas como estas, pero es importante reconocerlas y encontrar las herramientas necesarias para combatirlas, porque realmente pueden hacernos mucho daño.

Fuente:

Cultura Colectiva