#Pandemia

Investigadores del MIT lograron detectar una infección de coronavirus por la tos, mediante inteligencia artificial. ¿Será posible en el futuro testearse tosiendo en el smartphone?

El COVID-19 es una de las mayores amenazas que hemos enfrentado como humanidad en los últimos tiempos; sobre todo por lo poco que sabemos de él, pero hoy sabemos un poco más.

Las pandemias ocurrirán con más frecuencia, matarán a más personas y causarán un daño aún mayor a la economía global que el COVID-19 a no ser que haya un cambio fundamental en la forma en que tratamos la naturaleza.

Sucede que, al flexibilizar la cuarentena, los casos de coronavirus se están incrementando. Si a esto se le suma la llegada del invierno a Europa, se temen muchos contagios.

Esta pandemia tiene sus aristas inesperadas. Por ejemplo, en las costas mexicanas sucede que estos reptiles se sientes más libres y dispuestos a dejar sus huevos en la arena.

En esta nación asiática se originó esta enfermedad. Hasta ahora, la han controlado. No obstante, la aparición de nuevos casos levanta alarmas y acciones inmediatas.

El gobierno español anunció un plan para recuperarse de la crisis del Covid-19 desde una perspectiva tecnológica y sostenible.

El jefe de emergencias de la Organización Mundial de la Salud, el doctor Michael Ryan, declaró este lunes que sus “mejores estimaciones” indican que 1 de cada 10 personas en todo el mundo posiblemente ya se infectaron de coronavirus.

Según los investigadores, la exposición a este tipo de ficciones permite al público practicar estrategias de afrontamiento que pueden ser beneficiosas en situaciones del mundo real.

Los investigadores estudian el impacto del ruido que generan los transbordadores marítimos sobre el río de la Perla, con el que pasan los barcos para ir de Hong Kong a Macao.

Si no se siguen los plazos razonables de las tres fases completas de ensayos clínicos para la preparación de una vacuna, es muy posible que se vea afectada la eficacia.

Estaba pautado cerrar esta actividad para el año 2024. No obstante, la aparición de la pandemia del coronavirus aceleró esta iniciativa. Una secuela inesperada del coronavirus.

Una de las voluntarias de los ensayos en Reino Unido ha mostrado efectos adversos y todavía se están investigando las causas.

Mientras las cifras de daños a territorios boscosos levantan alertas, los especialistas señalan que esta situación debe frenarse cuanto antes.