El factor determinante que ha colaborado para que el COVID-19 se haya convertido en una pandemia mundial es el desconocimiento. Este virus nos ha tomado por sorpresa, por su novedad; no se tiene una vacuna, no se cuenta con un tratamiento definitivo y aunque se pueden tomar medidas para disminuir el riesgo de contagio, no es posible eliminarlo por completo.
Esto ha motivado a la comunidad científica a buscar alternativas para erradicar de una vez y por todas a este virus que ya ha cobrado la vida de millones de personas alrededor de todo el mundo. Investigadores de la Universidad de Colorado aseguran que es posible eliminar las posibilidades de contagio a través del uso de luz ultravioleta; pero no es tan simple.
La luz ultravioleta neutraliza el virus
Karl Linden, profesor de ingeniería ambiental y en desarrollo sostenible de la Universidad de Colorado, ha publicado un documento en el que explica que la luz ultravioleta tiene la capacidad de afectar al virus del COVID-19 de tal manera que lo convierte en un organismo completamente inofensivo. Esto podría evitar que las personas se contagien mediante el contacto con superficies contaminadas o por respirar en ambientes contaminados.
Este tipo de luz es utilizada para desinfectar espacios quirúrgicos o donde se tratan pacientes de altos riesgos. La razón es que la radiación electromagnética que emite este tipo de luz elimina todo tipo de virus, esto incluye al COVID-19.
Riesgos del uso de la luz ultravioleta
Esta idea parece ser una excelente noticia y una solución definitiva para deshacernos del COVID-19; sin embargo, el uso de UV-C puede ser peligroso para la piel y los ojos de las personas. No se tiene claridad en cuanto a la cantidad de UV-C que puede dañar a las personas o cuanto se puede tolerar sin que esto afecte la salud.
Este tipo de luz puede ocasionar un daño importante en el ADN de la piel y aun los especialistas no tienen la alternativa para hacer uso de UV-C para eliminar el virus, sin ocasionar problemas de salud en las personas que sean expuestas. Esto impide que se aplique este tipo de desinfección de manera masiva. De esta manera, el desafío que enfrentan los científicos es solucionar este dilema.
Posibilidades de controlar el contagio
Si se encuentra una solución al dilema que se presenta con el uso de la luz ultravioleta para neutralizar al COVID-19, las posibilidades son prácticamente infinitas. Este tipo de luz podría utilizarse para mantener desinfectados espacios de alto riesgo como: medios de transporte, supermercados, ascensores, oficinas, institutos educativos, hospitales y mucho más.
La efectividad de este método sería muy alta, pues podría desinfectar el ambiente contaminado de manera inmediata; incluso podría desinfectar las manos de una persona antes de que se contagie con el virus. Lo mejor ante este contexto es que no es solo una solución a la propagación del COVID-19, sino que sería una forma de evitar el contagio de cualquier virus; incluyendo alguno que pueda surgir y sorprendernos, como lo hizo este tipo de coronavirus.