Es cierto que muchas personas tienen el hábito de lavar la ropa nueva antes de usarla por fuerza de la costumbre, porque ese fue uno de los consejos de “la abuelita” y simplemente lo hacen sin pensar. Sin embargo, no todos piensan así y si eres uno de ellos, estás 2 razones te harán cambiar de opinión bastante rápido.
Y es que no importa si es una bufanda, una blusa, una camisa o ropa interior: lavar la ropa nueva antes de usarla es un asunto de higiene y de salud.
Acumulan gérmenes y bacterias
Piénsalo tan solo por un segundo, ¿cuántas personas le han puesto las manos encima a esta prenda de ropa antes de que la compraras? Esa prenda viajó desde la fábrica que probablemente queda en otro país, pasando por la caja donde la guardaron para transportarla y finalmente fue manipulada por los empleados de la tienda. Y eso sin contar todas las personas que se la probaron antes que tú.
Es el caldo perfecto para toda clase de microorganismos, algunos potencialmente nocivos y capaces de vivir en la ropa durante meses. Un estudio de la Facultad de Medicina de Nueva York demostró que algunas prenda de ropa nueva pueden contener restos de secreciones respiratorias por tos o estornudos, flora de la piel, flora fecal e incluso restos menstruales.
Algunas de estas secreciones se desprenden de nuestras axilas o glúteos y se transmiten de una persona a la otra. Con esta única razón debería bastar para que nos acostumbremos a lavar la ropa nueva antes de usarla. Pero no es la única.
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Contienen productos químicos dañinos
El proceso de producción de algunas prendas implica el uso de algunos químicos que pueden ser muy hostiles contra nuestra piel si no los retiramos con una lavada previa.
Los tintes utilizados para colorear la ropa pueden ser muy agresivos y causar irritaciones y reacciones alérgicas. Uno de los más nocivos es el colorante anilina, que es muy común en telas sintéticas y debe ser removido con agua y jabón para no hacernos daño.
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Las personas alérgicas o de piel sensible son particularmente vulnerables y algunos químicos como el formaldehído, que se usa para evitar arrugas y moho, también pueden causar reacciones severas, llegando incluso a eccemas en el peor de los casos. Lavar la ropa nueva antes de usarla no quita todos los tóxicos pero si ciertos excedentes acumulados.
En definitiva, lavar la ropa nueva antes de usarla es una necesidad absoluta. Los químicos y microorganismos pueden ser una pesadilla para personas con piel sensible. Es posible incluso contraer gastroenteritis si un persona que lo sufre se prueba la ropa y tú la usas sin lavarla.
Los expertos aconsejan probarse la ropa con otras prendas debajo y siempre lavarse las manos después de hacerlo. No es un capricho, es un asunto de salud.