Transitamos una época en la que, aunque se logra vivir muchos años, pareciera que la vida se acaba cada vez más temprano. Las sucesivas crisis de los números redondos (de los 30, los 40, los 50…) no hacen más que recordarlo: le tememos a la vejez casi tanto como a la muerte.

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Sin embargo, la vida es para vivirla completa, y no sólo en la juventud. Por eso, hay que tratar de aprovechar el paso de los años y vivir cada etapa al máximo, para llegar a la vejez en buen estado físico y espiritual.

Algunas de estas ideas te pueden ayudar a encarar mejor el presente y el futuro.

Señor turista

1) Nunca pierdas los objetivos
 
A veces tenemos la idea de que hay un tiempo limitado para cumplir nuestros objetivos. Que no podemos formar una familia más allá de los 30, ni encontrar el amor después de los 40, ni, por supuesto, encontrar un trabajo o estudiar después de los 50.

Nada más alejado de la realidad: lo único que puede detenernos es el final de la vida. Hasta ese día, los objetivos deben seguir intactos, no importa la edad. Si logras convencerte de esto, el paso de los años no harán mella contigo.

Cada día te sentirás con más energía, y mantendrás alejados males como la depresión o el estrés.  Así, además, estarás más sano: es sabido que nuestros pensamientos afectan nuestra salud.

2) No huyas de lo nuevo

¿Alguna vez te arrepentiste de vivir algo nuevo? No lo creo. ¿Crees que ya no estás a tiempo para vivir eso que siempre soñaste? Pues estás equivocado.

Contrariamente a lo que se piensa, el cerebro siempre está apto para crear nuevas conexiones neuronales, a lo largo y ancho de toda la vida.

Siempre puedes aprender algo nuevo, y crecer. Si empiezas cuando eres joven, mejor: así cultivarás grandes virtudes, como la curiosidad, la creatividad y la apertura mental, todas ellas asociadas a la longevidad.

Si crees que ya estás grande para hacerlo, hazme un favor: inténtalo. Prometo que no te arrepentirás.

Pareja de personas adultas

3) Sé tu propio fan
 
Deja de mirar lo que hacen los demás como increíble, y a despreciar lo propio. Quiérete. Mírate al espejo y descubre cuán fabuloso eres.

Cuando logres tener confianza en ti mismo y aceptarte, entonces es hora de que empieces a cuidarte. Vístete con ropa que resalte tus virtudes. Cuida tu piel, tu cuerpo entero.  Te verás increíble, y eso ayudará a aumentar tu autoestima. 

Haz más seguido las cosas que te gustan, y recuerda que te lo mereces. ¿Por qué? Porque tu cuerpo se estresa cuando te repites que no eres suficientemente bueno, y el estrés no hace bien a tu salud.
Y además, porque de verdad te lo mereces.

4) Cuida tus relaciones

Las relaciones humanas son muy importantes a lo largo de toda la vida. Sin embargo, puede que con el paso de los años empieces a alejarte de algunos amigos, o a ver menos a tu familia. Es normal hasta cierto punto, pero lo importante es no dejar de esforzarte por cultivar tus relaciones.

De hecho, investigaciones confirman que aquellos que están socialmente conectados viven más, en parte porque son menos propensos a la depresión.

Pero no hay que confundir “socialmente conectado” con ir a eventos o actividades, sino que se trata de cultivar realmente las relaciones: compartir tiempo con las personas que queremos, escucharlas, estar ahí para ellos.

Pareja mayor andando en bicicleta

5) Haz ejercicio
 
Lo dejé para el final porque sé lo cansado que estás de leer este consejo, pero lo cierto es que es real: el ejercicio reduce la posibilidad de tener mucha cantidad de enfermedades.

Una investigación demostró, por ejemplo, que las mujeres que realizan caminatas al menos 5 horas por semana tienen un 76% de chances de envejecer más saludablemente, sin discapacidades físicas o mentales.

También hay otro tipo de ejercicios que pueden resultarte más atractivos, como el yoga.

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No puedes controlar todos los procesos biológicos de tu cuerpo, como la edad, pero puedes controlar tu estilo de vida. Y eso es ganar la mitad de la batalla… o, a juzgar por los estudios, exactamente el 66%.