El yoga es una disciplina originaria de India que utiliza posturas físicas, que suelen inspirarse en los elementos de la naturaleza, como animales y plantas. También emplea ejercicios de respiración y de meditación.
Esta práctica aporta beneficios para la salud del cuerpo y la mente, tanto de grandes como de chicos. En particular, les enseña a los niños a respirar correctamente y a ser conscientes de su ser, a nivel físico, mental y emocional.
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En lo físico, fortalece sus músculos y les da flexibilidad. Aprenden a reconocer cada una de las partes de su cuerpo y adoptan mejores posturas. De esta manera, evitan problemas musculares o de otro tipo en el futuro.
Los niños, logran incrementar su destreza y mejorar su equilibrio a través del yoga. Además, es un plus para quienes son muy activos, ya que es una gran manera de que canalicen su energía y se descarguen.
En lo mental, el yoga los relaja y a través de los ejercicios de respiración aprenden a lidiar con el estrés y logran calmarse. Del mismo modo, esta práctica aumenta su concentración, memoria y atención. Estimula la creatividad y mejora su autoestima. A su vez, fomenta los buenos valores, como el compañerismo, la amistad y el respeto al medio ambiente.
Cómo es una clase de yoga para niños y a qué edad pueden comenzar
Las sesiones infantiles de yoga duran de 40 a 60 minutos. Lo ideal es que sean grupos de no más de 15 niños. Consiste básicamente en estimular a los pequeños con diferentes juegos creativos y ejercicios adecuados a lo largo de la clase.
Según los expertos, la mejor edad para que empiecen a practicarlo es a partir de los cuatro años, cuando ya son capaces de seguir indicaciones y controlar mejor los movimientos de su cuerpo. Cabe destacar que los niños son mucho más receptivos y dúctiles que los adultos, por lo que se considera ideal que arranquen desde pequeños.
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Si aún luego de leer esta nota todavía no estás convencido de lo importante y beneficioso que el yoga es para los niños, esta cita del Dalai Lama lo resume todo: