*Por Romina Gabriela Hakl para Agenda Ambiental.

¿Te acordás cuando tu mamá iba a la galletitería? No hace mucho existían estos negocios que vendían galletitas sueltas. ¿Y cuándo vos ibas al almacén del barrio y comprabas galletitas sueltas por peso? ¿Qué ocurrió? Varias crisis, cambios en la economía, desaparecieron los antiguos almacenes de barrio y fueron reemplazados casi completamente por los supermercados "chinos" como los llamamos en "argento", y por locales mini de cadenas más conocidas de supermercados. ¿Te pusiste a pensar cómo este cambio afectó a tus decisiones de compra y a tu generación de residuos?

Al comprar suelto, generábamos menos residuos porque si bien, recibíamos las galletitas u otro producto en bolsa plástica, la reutilizábamos para otro fin. En cambio, al comprar galletitas pre empaquetadas, generamos el residuo del packaging que pocas veces puede ser reutilizado y ¡realmente es un gran volumen de packaging, ergo basura! Esos son parte de los famosos "plásticos de un solo uso".

Si comenzaste a separar residuos y/o a hacer botellas de amor, seguro te percataste del gran volumen de generación del que estamos hablando. El plástico es uno de los grandes problemas que la humanidad está enfrentando: en 2050 ¡habrá más plástico en el mar que peces! Frente a estos pronósticos, parece que volver a las prácticas de consumo de antaño sería un posible paliativo ya que ayudaría a disminuir los volúmenes de basura plástica generados. Más aún, si optamos por ir a comprar con nuestros recipientes como tuppers o afines.

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Otro ejemplo, son las infusiones: seguro bebes algún té o mate cocido en la semana, ¿te pusiste a pensar como lo hacíamos antes? Hervíamos el agua con yerba para hacer mate cocido y luego lo colábamos, no suena tan complicado, ¿verdad? Pero llegaron los saquitos de mate cocido y té y nos “acostumbramos”, no prestando la debida atención al hecho de que venían en una caja de cartón envuelta en plástico transparente y que a su vez, en algunas marcas, cada saquito viene dentro de un sobre de plástico o papel. Todo ello genera más residuos que hervir simplemente el agua con la infusión deseada. Además de que al comprar las hierbas para la infusión, será más sana, ¿a que si?

Pero, ¿podemos como consumidores impulsar ese cambio? ¿Ese “rebobinar el cassette”, por así decirlo?

Sí que podemos, al adoptar una actitud de compra responsable. Y retomar algunos hábitos de consumo de antaño aportarían su grano de arena a la cuestión.

Primero, podemos disminuir nuestro consumo de galletitas, snacks y otros envasados, reemplazando lo que podamos por preparados caseros. Segundo, podemos volver a comprar suelto: seguro viste algún "todo suelto" o dietética por los alrededores de tu barrio. Y, tomando el toro por las astas, podemos ir más allá e investigar en internet para averiguar dónde aún subsisten esos lugares que venden sueltos determinados productos, como por ejemplo, las galletiterías que mencionamos al principio.

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Debemos recordar el gran poder que tenemos como consumidores y realizar elecciones de compra conscientes y responsables, teniendo en cuenta más eslabones de la cadena y no solo el producto terminado que llega a nuestras manos. A menudo podemos olvidarlo, pero en nosotros está el poder de compra y decisión, claves para decir “sí” o “no” frente a determinados productos y/o servicios que no se brindan de una forma responsable con el ambiente y la sociedad.

Además, al adoptar esta visión ante la acción de compra, estaremos contribuyendo al ODS N° 12: “Producción y Consumo responsables”, que es uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible impulsados a nivel global por la ONU a través de la Agenda 2030 para un futuro más equilibrado promoviendo el progreso económico y social respetando los ecosistemas naturales y la calidad del medio ambiente. A su vez, esta acción impacta en otros ODS como ser:

- ODS N° 3: salud y bienestar: ya que al cambiar los hábitos de consumo y comprar menos cantidad de alimentos empaquetados, probablemente comenzaremos a comprar alimentos más naturales lo que promueve el bienestar.

- ODS N° 9: industria, innovación e infraestructuras: fomentando la innovación en las empresas al dejar de consumir sus productos.

- ODS N° 13: acción por el clima: generando menos residuos disminuimos nuestra huella de carbono.

- ODS N° 14: vida submarina: indirectamente también incidiremos en este objetivo; como mencionamos anteriormente, el plástico en el mar es un problema acuciante y al reducir nuestro consumo, generaremos menos residuos de este tipo.

- ODS N° 15: vida de Ecosistemas Terrestres: al generar menos residuos también ayudaremos a salvaguardar los ecosistemas del impacto que estos provocan, los cuales en su mayoría terminan en rellenos sanitarios que no son otra cosa que grandes extensiones de tierra aisladas con membranas en donde se depositan los residuos, se los compacta y tapa.

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¿Viste cómo los pequeños cambios de hábitos conllevan múltiples impactos hacia un mundo más sostenible?

Entre todos podemos impulsar el cambio si tomamos conciencia. Juntos podemos hacer que el sistema se reestructure de una forma más sostenible. ¡El cambio empieza por vos!