La vida tiene sus vaivenes y también trae sus bajones.
A veces se manifiestan como un estado que puedes precisar muy bien o no, y casi siempre reflejan poca energía y entusiasmo para encarar las tareas, o dificultad para mantenerse enfocados y sostener un espíritu de motivación interno que te ayude a seguir adelante.
Es natural que suceda, puesto que son respuestas adaptativas a las dificultades que se van presentando. Y, si puedes seguir adelante, actuando pese a ellas, ya has dado un muy buen paso para ir resolviéndolas.
5 claves para tener en cuenta
Eres lo que piensas, y sobre todo, las historias que te cuentas permanentemente en tu mente acerca de ti. Entonces, si tu auto charla viene del lado del optimismo, estarás creando posibilidades de este tipo; en cambio, si lo que te dices está cargado de pesimismo, queja y críticas incluso hacia ti, imagina las restricciones que vivirás en la realidad.
Hay muchas herramientas que se pueden utilizar para mantener la motivación intrínseca en un buen nivel, más allá de lo que suceda. Una de ellas es la inteligencia emocional, que consiste en entrenarse en saber cómo abordar lo que se presenta desde la mejor perspectiva posible, y considerar qué es factible accionar o ajustar dentro de lo que está a tu alcance.
Lo que no esté a tu real alcance significa que, si quieres cambiar eso o culpas a lo externo por tu estado interior, sólo va a servirte para crear frustración y decepción por los resultados. Porque, definitivamente, hay siempre cosas que no dependen de ti.
Lo que sí es de tu incumbencia y puedes trabajar, es el poder de la actitud interior, y en tu responsabilidad, que es la habilidad de responder ante lo que vives. nEste aspecto es indelegable, porque nadie puede hacerte feliz o infeliz sin tu consentimiento.
La bioquímica del bienestar
Cuando estás ante situaciones de bajón, es posible ayudarte a superarlo con algunas herramientas externas: escuchar música alegre, meditar, respirar, hacer ejercicio, comer un rico chocolate o una comida casera, estar con amigos y personas queridas: todo esto contribuirá a que vayas cambiando las emociones internas porque son fuentes de bienestar de las cuatro hormonas de la felicidad que tiene el cerebro: dopamina, serotonina, oxitocina y endorfinas.
En cuanto a la sintonización interna te van a venir muy bien el hablar contigo y con los demás con palabras positivas, leer textos que te eleven, ver películas que te inviten a salir del estancamiento negativo, y observar tus pensamientos recurrentes y cambiarlos por aquellos que sean más positivos.
Percibiendo tu cuerpo
¿Es posible salir de un bajón en un minuto? Hay varias disciplinas que abordan el cambio de estados emocionales que pueden lograrlo; por ejemplo, algunas se enfocan en la risa como terapia.
No se trata de anular las emociones que sientes, sino de procesarlas más convenientemente: una vez que te has dado cuenta de que estás en el bajón, lo sientes y lo vives, y hay un momento en que puedes elegir salir de él. Es tu elección y cada persona la vivirá a su ritmo, sobre la base de su nivel de experiencia de ese instante.
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Como todos somos una combinación de lenguaje, cuerpo y emociones expresándose en los estados de ánimo que sentimos, hay otro recurso para explorar y es el lenguaje corporal, directamente enfocado en cambiar la fisiología interna de la ‘casa física’ que habitamos: el cuerpo.
Permíteme contarte una experiencia personal que vengo monitoreando desde hace por lo menos una década: para modelar mis estados de ánimo llevo un registro de mi lenguaje corporal en situaciones que considero de bajón, y también cuando me siento excelente.
Veamos lo que observo que pasa con la postura corporal cuando estás con desánimo momentáneamente, basado en lo que he verificado personalmente. Los científicos de la comunicación no verbal tendrán mucha más información para aportar, seguramente:
Posición de las piernas y los pies cuando me siento de bajón: por lo general tienden a cruzarse, incluso enroscarse, en una postura que indica un cierre, es decir, falta de apertura para recibir al optimismo.
Posición del tronco y hombros: muchas veces está levemente inclinado hacia adelante, y los hombros se encogen, en una postura que claramente revela abatimiento.
Posición del cuello: en este caso, como eje de la cabeza que ayuda al equilibrio, también se va hacia abajo; incluso tal vez sientas tensión adicional.
Posición de la cabeza: la cabeza en el bajón pierde su eje, no se mantiene erguida y lleva a tener la mirada hacia abajo.
Posición de los brazos y manos: pueden estar cruzados, nuevamente cerrando la actitud corporal.
Si detectas algunas de estos comportamientos gestuales, o una combinación de ellos, te sugiero que verifiques también:
Cómo está tu respiración: ante la angustia, la respiración puede ser o excesivamente pausada o muy acelerada o entrecortada, por ejemplo, en una catarsis o en el llanto.
Detecta si hay tensión muscular: a veces en el bajón anímico puede que no seas consciente de la tensión acumulada en hombros, espalda, brazos, piernas, incluso dedos de las manos y los pies, que acompañan la presión interior emocional que estás viviendo. Si quieres haz una pausa ahora mismo, mientras lees, y observa cómo está la tensión de tus dedos.
Estado general fisiológico: un estado de decaimiento general influye en todo el organismo; por eso que a veces aparecen manifestaciones físicas que varían según las personas; por ejemplo, pérdida de tensión muscular que hace que te sientas extremadamente débil para moverte, incluso para hacer las tareas más sencillas como cepillarte los dientes; o tienes gastritis; o la comida te cae mal; o aparece el insomnio o falta de apetito.
5 posturas para salir del bajón en 1 minuto o menos
Para ayudarte a superar mejor estos estados, aquí tienes cinco posturas físicas que, si las practicas con continuidad, pueden ayudarte a disminuir los sentimientos de quebranto y desánimo:
Mirada adelante y arriba
Está comprobado que el mirar hacia adelante y levemente hacia arriba, mientras tienes el cuerpo erguido, conecta con la sensación de un futuro más positivo más allá de lo que estás sintiendo. Puedes practicarlo al caminar, si es posible mirando paisajes abiertos o el cielo. Observa cómo cambia tu fisiología al salir de la mirada hacia abajo típica del ensimismamiento, al pasarla a algo más expansivo con esa visión hacia el horizonte.
Caminar con pasos más rápidos de lo habitual. Respiración profunda.
Otro tip al caminar es acelerar levemente el paso. Frente a bajones anímicos las personas casi arrastran los pies, como si les pesaran o quisieran quedarse estancados en esa emoción. Caminar con mayor ritmo, combinándolo con la postura erguida y la mirada hacia el horizonte, incluso acompañando con movimiento de brazos, te hará recobrar fuerza. Sincronízalo con respiraciones profundas en vez de superficiales: no esperes a quedarte sin aire para respirar, ya que el organismo necesita que lo oxigenes más de lo habitual.
Pose del superhéroe y superheroína
La posición llamada “del superhéroe y superheroína” realmente funciona. Se trata de pararte durante al menos 1 minuto colocando las manos en jarra, mirando fijo hacia arriba y al horizonte. Respira profundamente y siente, visualiza, imagínate en un estado mental y corporal positivo. Observa el resultado. Esta es una técnica muy utilizada con personas que sienten miedo a hablar en público, y lo que hace es empoderarte del instante, para afrontarlo con mayor entereza. Puedes usarla cada vez que necesites recobrar tu auto confianza.
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Brazos al cielo
En este ejercicio ponte de pie y obsérvate, sin hacer ninguna pose aún. Toma consciencia de tu cuerpo, de la mirada, de la respiración y de cómo están tus emociones.
Luego, extiende con decisión tus brazos hacia arriba, como agradeciendo al cielo. Esta es otra postura que te ayuda a salir del estancamiento en el que estás cuando sientes desaliento. Puedes incluso cerrar los puños y hacer el gesto típico de celebrar una victoria.
Párate mirando las nubes, los pies levemente separados un poco más que el ancho de cadera y hombros; equilibra tu cuerpo. Mantén la posición al menos un minuto seguido. El cuerpo permanecerá erguido, y la respiración será profunda, acompañando esa energía de triunfo, de logro, de lo mejor que quieres generar. Luego, baja los brazos y observa el resultado del antes y después.
Saltos en el lugar durante 1 minuto
La energía baja también es símbolo de estancamiento y de dificultades en algunos planos de la vida. Para salir de ese estado, hay un ejercicio que te invito a practicar y es ponerte a dar saltos en el lugar donde estés durante un minuto. Acompáñalos con una sonrisa, y también con gritos o exhalaciones fuertes y sonoras, como soltando la energía trabada dentro tuyo. Sentirás que se acelera el corazón, y que tu cuerpo empieza a circular la sangre más rápido, a la vez que se acelera la respiración. Hazlo al menos un minuto seguido, y chequea el resultado de tu estado emocional y físico.
Una variación de este ejercicio es bailar, aunque no sepas bailar: ponerse en movimiento, dar vueltas, saltar, expresar corporalmente la libertad, es otra forma de destrabarte internamente.