¿Sos de las personas que les gusta vestirte bien, sumar a tu vestimenta un accesorio original, pero te preocupa el impacto ambiental de la industria de la moda? Te presentamos emprendimientos de moda que ponen su principal foco en creaciones sustentables basándose en una producción consciente de materiales, en generar oportunidades de trabajo y en asumir compromisos con culturas y comunidades locales.

Desde Bioguia dialogamos con algunas personas referentes de propuestas del mundo fashion que buscan hacer la diferencia como Cara & Baldi zapatos veganos, Ruah Diseño Atemporal y Consciente y con Hilandería Warmi un proyecto textil en el corazón de la Puna.

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Tips, datos e historias de propuestas diferentes. ¿Te las vas a perder?

Que la moda es la segunda industria más contaminante del planeta es un dato que está en la agenda de las problemáticas ambientales urgentes. Cuanta más ropa usamos, sobre todo aquellas de materiales que utilizan plásticos para su fabricación, que en general son las producidas masiva y rápidamente, más contaminamos nuestro único medio ambiente y contribuimos a agotar los recursos naturales. Podés encontrar más información estadística en la nota que publicamos referida a esta problemática.

Sin embargo, en el medio de esta película que parece irremediable, surgen otros caminos y compromisos sustentables que aportan conciencia y responsabilidad a actividades que, desde el corazón mismo de la industria de la moda, pueden reformularse y sumar prácticas cuidadosas con el planeta y sus entornos naturales y sociales.

Des-pa-ci-to…

Slow Fashion es un concepto que se extiende a diferentes ámbitos y quehaceres de la moda y a otras actividades también, como por ejemplo la gastronomía e incluso las ciudades.

Este modo de hacer las cosas de manera “lenta” es la contraposición de la fast fashion o moda rápida que produce a nivel masivo prendas casi desechables para que, después de pocos usos, las personas consumidoras vuelvan a comprar inmediatamente.

La moda lenta se diferencia, entre otros aspectos, por buscar productos que puedan ser usados por años -atemporales- y de buena calidad. Los procesos de producción, en consecuencia, insumen más tiempo y cuidados especiales.

Asimismo , este tipo este modo de producción se caracteriza por conocer a todas las empresas proveedoras que intervienen en sus productos, lo que les permite legitimar formas de trabajo dignas y brindar apoyo a empresas locales, por otra parte.

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En esta lentitud respetuosa se inscribe C&B Cara & Baldi -zapatos veganos-, tal como nos cuenta Paula, la responsable de la propuesta: “El principal objetivo de C&B es ofrecer una alternativa a quienes consumen moda y están buscando productos más respetuosos con el medio ambiente y más conscientes en términos de procesos productivos”.

Así, para la marca, lo más importante es “no usar productos derivados de animales y no contribuir a la explotación animal”. Además, “buscamos integrar cada vez más alternativas sustentables, por ejemplo, estamos trabajando también con materiales biodegradables”

Asimismo, Paula, nos comparte su análisis de situación desde su experiencia en el mercado de la moda, para ella: “estamos en un momento muy caótico en el que el fast fashion y las tendencias temporales van marcando un ritmo de producción muy rápido y corto que implica mucha contaminación, desperdicios, poco respeto por la mano de obra y por los recursos, entre ellos por supuesto, los animales”, concluye. Para la referente de C&B “el verdadero beneficio es trabajar para lograr un cambio colectivo en nuestra mentalidad, en nuestra manera de consumir y pensar en los animales”.

Oficios Artesanales: capacitación, salida laboral y magia

De la mano de @ruahbags - Soplo Creador se desprende otro camino sustentable del mercado de la moda. El de las oportunidades y del trabajo digno. En este caso, el propósito del emprendimiento es el de promover la inclusión social y el desarrollo integral de mujeres por medio de la creación de productos artesanales, tal cual se describen.

La fundadora de Ruah, nos cuenta que el objetivo es trabajar con “mujeres que han atravesado situaciones de vulnerabilidad, promover su autonomía y acompañarlas a conectarse con su dignidad humana y todas las habilidades que hay en ellas”.

Para lograr este propósito Andrea describe que “vamos aprendiendo juntas distintos oficios, empezamos con marroquinería y hoy agregamos indumentaria. También hemos hecho tejido a telar”, detalla.

Con relación al aprendizaje del oficio la responsable del emprendimiento, que ya lleva 7 años en funcionamiento, está convencida de que “es muy pedagógico para trabajar la tolerancia a la frustración, el perseverar, el esfuerzo. Son valores que nos hacen como personas y en este mundo que habitamos cada vez con más estímulos nos cuesta tener paciencia, concentrarnos en el proceso y hacernos lugar a escucharnos y compartir desde lo más profundo con otros”. Para Andrea, en Ruah, “se da esa magia”.

La propuesta es defensora del consumo consciente y del Live Slow -Vivir Lento- sus formula se basa en encontrar armonía con el medio ambiente y poner en el centro los procesos y las personas que trabajan en la industria.

Desde Ruah se ofrecen productos “concientes porque están al servicio del desarrollo humano. Son un arte que brota del corazón de mujeres que creemos y creamos”, dice su mentora.

“Detrás de cada producto hay una historia, un proceso y una persona. Eso lo transmitimos por medio de lo atemporal, lo que perdura en el tiempo, lo que es de calidad y nos acompaña toda la vida”, resaltan desde el emprendimiento.

Respecto de la producción Andrea aclara que se trabajan con materiales nobles y fibras naturales buscando la sustentabilidad. En definitiva, para Ruah, lo importante consiste en “resaltar el valor del tiempo, de lo humano y del proceso que hay atrás de cada producto”.

Compromiso: raíces y cultura

Otro conducto para sacudir estructuras de la industria fashion es el de poner de manifiesto las culturas y costumbres locales. Lejos de la masividad y de la estandarización en el uso de las prendas. Un acuerdo que trasciende lo efímero y que realza otro tipo de valores en la ropa que usamos y que se esfuerza por mejorar los procesos locales.

Tal es el tipo de elección que realiza la Hilandería Warmi Sayajsunqo (@hilanderiawarmi), un emprendimiento social ubicado en Palpalá provincia de Jujuy, en el norte de Argentina.

Gastón Arostegui, su Gerente General, lo explica de este modo “Hilandería Warmi es una empresa social, nacemos con ADN de triple impacto y con nuestro foco en colaborar al desarrollo socio-productivo de la Puna argentina. Aprovechamos, de manera sustentable, un recurso estratégico (pelo de llama y lana de oveja) para elaborar productos textiles que transmiten calidad, identidad de la cultura andina (Coya) e historia”.

Por otra parte, Gastón describe cómo es el entramado de relaciones que se involucran en el proceso textil donde hay “un fuerte compromiso con las personas, los tiempos y los recursos naturales de punta a punta de la cadena de valor. Comenzamos comprando la materia prima a pequeñas familias productoras de llamas y ovejas de manera directa y sin intermediación. El precio de compra es consensuado con responsabilidad junto a los productores y la Asociación Warmi Sayajsunqo, de la mano de Doña Rosario Quispe”, comenta.

Cabe señalar también que el 100% de las ganancias generadas se reinvierten en la región para colaborar con sus propósitos de crecimiento y bienestar y para mejorar la eficiencia del proceso productivo en el uso de los recursos naturales.

N. d la R.: Rosario Quispe es fundadora de las Warmi Sayajsungo (mujeres perseverantes, en quechua).

Cuidado de la Naturaleza

Otra de las líneas de compromiso de la Hilandería Warmi está relacionada con el cuidado de los recursos naturales; de este modo, desde la empresa social, explican que “medimos con precisión todos los recursos utilizados. Principalmente el consumo de agua para el lavado y teñido de nuestras prendas, como así también el consumo eléctrico. Proyectamos medir en el corto plazo nuestra huella de carbono, es un pendiente aún. Todos estos valores ya comienzan a ser comunicados a nuestra comunidad a través de nuestro etiquetado ético digital. Esperamos ganar fuerza con esto para el 2023”, confía el Gerente General de la hilandería.

A forma de conclusión Gastón reflexiona acerca de las transformaciones que necesita la industria de la moda (y el mundo) y dice que “no se hará de manera abrupta, es un proceso de cambio en el que hay que valorar a las marcas que tienen la valentía de transparentar sus procesos y contar lo que hacen…”

¿Utopía? ¿Ilusión de una moda sustentable? La aparición de estas propuestas en la industria de la moda que van contra la corriente de todos los aspectos del mercado masivo de la fabricación de ropa rápida y estandarizada parece indicar que hay otras formas de producir y de consumir moda. Por otro lado, personas más respetuosas y conscientes crecen en todo el mundo para que estas propuestas encuentren a su público. Como en otros tipos de cambios de hábitos sustentables, es una cuestión de tiempo. Que así sea.