La primera de una serie de viviendas construidas íntegramente con ladrillos de plástico hechos a partir de plástico reciclado fue inaugurada en el Municipio de Junín de Mendoza, Argentina. En ella habitará una familia de bajos recursos, de la cual uno de los miembros tiene discapacidad. Si alguien la viera sin saber cómo fue su construcción, posiblemente no notaría que esta casa fue construida con ladrillos tan particulares.
La iniciativa surgió a partir de una capacitación sobre la tecnología de fabricación de ladrillos elaborados con plásticos reciclados que fue brindada al personal de ese municipio en el marco de un programa que se dedica desde 2012 a recuperar envases de plástico para su posterior reciclado.
Según explicó la Dra. Rosana Gaggino, investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), organismo que promovió el proyecto desde el Centro Experimental de Vivienda Eoconómica, en los meses siguientes a la capacitación un grupo de personas del municipio "produjo la cantidad de ladrillos suficiente para construir una vivienda que se destinó a una familia carenciada con un integrante con discapacidad". Luego, la casa fue construida y finalmente, inaugurada.
La capacitación para la fabricación y construcción con ladrillos de plástico reciclado tuvo dos etapas: la primera consistió en una explicación sobre el producto y su tecnología; y la segunda, en el relevamiento de las instalaciones existentes y asesoramiento para la puesta a punto de la producción de los ladrillos en la localidad.
La casa construida se encuentra en El Martillo, en el distrito de Medrano (Junín de Mendoza), cuenta con 56 m2 cubiertos y tiene una cocina comedor, dos dormitorios, baño, calefón solar, luz eléctrica y agua potable. Fue construida por la cooperativa El vivero, que está compuesta por cincuenta familias rurales, y actualmente continúa trabajando para construir más viviendas con ladrillos de PET.
Las viviendas construidas con ladrillos de PET son adaptables a la geografía, clima y sismología local. Además, estos ladrillos son más ecológicos, poseen mayor aislación térmica y son más livianos que los ladrillos de barro cocido tradicionales.
Esta tecnología fue patentada en Argentina por el CONICET en el año 2008 y cuenta con un Certificado de Aptitud Técnica otorgado por la Subsecretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda.
Desde ahora, una familia contará con una vivienda adecuada a sus necesidades y que además será un ejemplo para la construcción de otras viviendas sustentables, económicas, amigables tanto con el ambiente como con sus habitantes.
El paso siguiente será que este tipo de viviendas dejen de ser casos aislados. Podemos habitar el mundo de una forma más ecológica y sustentable y que eso incluso sea más económico y accesible para todos. Pero para eso, será necesaria una verdadera revolución en el modo de construir viviendas, y éste puede ser un ejemplo de cómo serán esos primeros pasos.