Convierte una maleta en mesa de luz

Todos tenemos en casa objetos que nos gustan, pero que tal vez no nos resultan funcionales. Puede ser el caso de baúles que solo usas para guardar cosas que no necesitas, ropa que te gusta pero ya no vistes, o, como en este caso, maletas u otros objetos que son bonitos, pero que has reemplazado por otros más cómodos. 

Estas maletas metálicas con aspecto vintage ya no son la opción más práctica para ir de viaje ni para transportar cosas por la calle, porque hay otras opciones mucho más livianas, con ruedas y flexibles. Pero si tienes una que te gusta, aun puedes reutilizarla, ¡y convertirla en esta bonita mesa de luz!

Materiales

• Una maleta vieja de metal (puedes probar con alguna de otro material, mientras que sea rígida y con, al menos, una cara plana)
• Cuatro patas (puedes comprarlas o hacerlas tú, a continuación te explicaremos cómo) 
• Cuatro tuercas
• Talado

Procedimiento

1. Armar esta mesa es tan sencillo como atornillar las patas en la maleta. En primer lugar, prepara tus elementos. Revisa la maleta para asegurarte de que está en perfecto estado. Si es necesario, haz ajustes o arreglos de pintura (que no son necesarios, porque estar despintada le puede dar el efecto vintage que buscamos).

2. Consigue las patas. Puedes comprar un juego de cuatro patas vintage para mesas que ya vienen listas, incluso con el tornillo necesario para sujetarlar a la maleta. Pero si no las consigues o quieres gastar menos dinero, y te animas, puedes hacerlas tú mismo. Necesitarás cuatro barras de madera cilíndricas afinadas en su parte inferior, a las que deberás atornillar pernos largos y resistentes en la parte superior, y colocarles algún tope de chapa como decoración y para que se apoyen firmemente sobre el suelo. También puedes utilizar las patas de una mesa vieja.

3. Cuando tengas todos los elementos listos, deberás hacer cuatro orificios en una de las caras de la maleta (fíjate que el cierre quede para abajo) y atornillar las patas allí. 

4. Comprueba que tu mesa se pueda parar firmemente. Ajústala todas las veces que necesites.

¡Listo! Ya puedes guardar dentro lo que quieras, y apoyar lo que necesites encima.