Lorraine Culloch regresaba a su casa en automóvil luego de fotografiar orcas en la costa cuando su navegador GPS tuvo un error y la hizo perderse.
Sin embargo, esa pérdida momentánea de rumbo tuvo un final muy feliz: hizo que Lorraine pudiera salvar a un delfín varado que se encontró en la playa de la bahía de Nigg (Aberdeen), en Escocia; un lugar que no tenía planeado visitar y al que no llegan muchos turistas ni visitas al día.
Mientras conducía perdida, buscando el camino, Lorraine divisó desde su coche un delfín varado, que estaba lastimado y lucía quemaduras y ampollas en el cuerpo.
La mujer llamó de inmediato a los servicios de emergencia, que afortunadamente acudieron a tiempo.
Como la marea estaba baja y no era posible ayudarlo, los efectivos de asistencia permanecieron con el animal durante toda la noche, y para que estar fuera del agua no lo dañara más, lo cubrieron con toallas húmedas.
Por eso, en las fotos que tomó Lorraine, se lo ve cubierto por trapos de colores.
Cuando subió la marea, los rescatistas lo empujaron hacia el agua para que regresara a su hábitat, y finalmente la historia tuvo final feliz.
Los expertos creen que el animal quedó varado luego de entrar a la bahía para alimentarse justo antes de que bajara la marea, impidiéndole nadar para salir.
Esta historia terminó bien, pero muchos animales mueren cada año por causas evitables, que tienen que ver con la contaminación y con la gran cantidad de residuos que se vierten en el océano.
Hace pocos días, se supo que dos cachalotes que habían aparecido muertos en Alemania tenían plástico en el interior de sus estómagos. Pero ése es solo un ejemplo de los miles de casos similares que están ocurriendo día a día. ¡Es responsabilidad de todos impedir que eso suceda!