Si hacemos un poco de memoria, posiblementerecordemos algunas de las ideas que tuvimos cuando éramos pequeños. Proyectosque nos parecían imposibles, que nos llenaban de entusiasmo y fantasía.Seguramente muchos de ellos estaban cargados de sueños, anhelos y buenasintenciones para hacer del mundo, un lugar mejor.
Muchos jóvenes alrededor del mundo han decidido quesus ideas no quedarían solo en su imaginación, y han dado un paso más. Este esel caso de la jovenque creó bioplástico con cáscara de plátano, losestudiantes que diseñaron condones que detectan enfermedades de transmisiónsexual, o estejoven que construyó una oficina con botellas de cerveza.
A estas ideas ahora se suma la joven Kiara Nirghin,una adolescente sudafricana de 16 años que ha sido reconocida con el primerpremio de Google Science Fair Community Impact Award por crear una innovadora solución para lasequía de su tierra natal.
Kiara ha vivido de cerca la falta de acceso al agua que vive su país, sufriendo la peor sequía desde 1982, afectando el cultivo y amenazando la seguridad alimentaria.
Sensibilizada ante esta situación, la joven no se quedó de brazos cruzados y desarrolló una fórmula capaz de combatir la falta de agua sin una gran inversión en personal ni infraestructura.
Según lo que comprobó, mezclando cáscaras de naranjas y aguacates secadas al sol se forma un Polímero Super Absorbente (SAP), capaz de absorber hasta 300 veces su peso en agua.
Cualquier agricultor podría aplicarlo a sus campos sin necesidad de ningún conocimiento específico o inversión. La composición pueden infiltrarse directamente en el suelo, junto a las raíces de los árboles y plantas de las regiones poco lluviosas, permitiendo aprovechar mejor el agua; y haciendo que no la precise tanto.
Esto podría representar una verdadera solución para los cultivos, de los que depende la alimentación del país; y, además, representa una alternativa para reutilizar los desechos orgánicos de estas frutas a un costo 0.
Aunque existen soluciones industriales similares, su producción es muy costosa e involucra el uso de químicos y tóxicos, con otras consecuencias para el ambiente y la salud de las personas.
“El producto es totalmente biodegradable, económico y retiene mejor el agua que los polímeros superabsorbentes comerciales. Lo único que se requiere para su elaboración es electricidad y tiempo, sin necesidad de herramientas o materiales especiales”, señala la joven que, con su descubrimiento, nos invita realmente a preguntarnos si las soluciones a los grandes problemas no estarán en volver a pensar, como cuando éramos niños, que realmente podemos cambiar las cosas y que solo tenemos que poner las manos en acción para hacerlo.