Si bien los mecanismos naturales detrás de las sequías son muy complicados, está claro que el cambio climático es uno de los factores más importantes que influyen en la falta de agua. Esto no solo afecta la vida diaria de la población, sino también los sistemas alimentarios, de transporte, de energía, y de agricultura.
Ciertas regiones de Sudáfrica están familiarizadas con los problemas asociados a la sequía. Entre mediados de 207 y mediados de 2018, la provincia Cabo Occidental enfrentó uno de los periodos de escasez de agua más severos de los últimos años. Hubo temores de que la capital, Ciudad del Cabo, se convirtiera en la primera gran ciudad del mundo en quedarse sin agua.
Durante este periodo se difundió el uso del término “Día Cero”: el día en el que las reservas públicas de agua estarían por debajo de 13,5% y los habitantes tendrían que hacer colas diarias para recibir su ración de agua. Ahora, el país se prepara de nuevo para enfrentar el reto de la falta de agua.
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Lindiwe Sisulu, el ministro sudafricano de Asentamientos Humanos, Agua y Saneamiento, realizó el 28 de octubre una rueda de prensa en la que instó a los residentes sudafricanos a usar su agua con moderación, ya que el clima cálido y seco empuja al país hacia una nueva escasez de agua.
Para evitar que se repita la crisis anterior, los funcionarios sudafricanos están tratando de ser más proactivos esta vez. "Estamos trabajando duro para evitar el tan temido fenómeno del Día Cero", dijo Sisulu a Reuters.
En los últimos 12 meses, gran parte de Sudáfrica ha experimentado una sequía, con las condiciones más extremas concentrándose en la región occidental del país. Como resultado, las represas están sufriendo: en comparación con 2018, los niveles en el país han caído al 60% este año, un 10% menos que el año pasado.
Esto trae consecuencias directas para la vida humana: algunas aldeas en el Cabo Oriental han estado sin agua durante meses. Cuentan con camiones cisterna, pero eso no ha impedido que los aldeanos pierdan recursos campestres. En Johannesburgo, una ola de calor ya ha causado restricciones de agua.
Todas estas situaciones cada vez más graves finalmente obligaron al gobierno sudafricano a pronunciarse al respecto. Pero para los residentes que ya están sintiendo los impactos de tal escasez de agua, esta respuesta puede haber llegado demasiado tarde.
El servicio meteorológico del país predice mayores probabilidades de lluvias superiores a lo normal durante el verano del hemisferio sur, lo que podría ayudar a mejorar la sequía, pero la temporada seca se ajusta a un patrón climático preocupante.
La crisis de agua del año pasado y la caída de las lluvias de este, se alinean con las proyecciones que muestran que se espera que Sudáfrica se seque debido a la crisis climática.
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