El panda gigante ya no está en peligro
En 2016, el panda gigante, fue eliminado de la lista de animales en peligro de extinción. La especie ya no está catalogada como “amenazada” y se ha vuelto “vulnerable”.
Los pandas gigantes se comunican por el olor
De acuerdo a la información del Instituto Smithsonian, los pandas gigantes son animales solitarios y tranquilos. Pero pueden vocalizar durante las interacciones sociales, emitiendo sonidos con la garganta, balidos, sonidos de masticación e incluso ladridos. Estas vocalizaciones ocurren ocasionalmente cuando juegan y durante el apareamiento, cuando los sonidos que emiten expresan en detalle todos los tonos del estado de ánimo para ese momento, desde el amor hasta la ira.
Sin embargo, la mayor parte de su comunicación se logra marcando olores en su hábitat y territorio. Los pandas gigantes dejan su olor donde quiera que van frotando las secreciones de sus glándulas anales en troncos de árboles, rocas o el suelo. La etiqueta alerta a otros pandas cercanos de la presencia del animal.
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Bebé panda gigante: el mamífero recién nacido más pequeño
Un panda gigante recién nacido pesa entre 90 y 150 gramos y nace rosado, sin pelo, ciego y sin dientes. Según el Smithsonian, la cría es unas 900 veces más pequeña que un adulto, que puede pesar entre 70 y 125 libras.
Por lo tanto, el panda gigante bebé es considerado uno de los mamíferos recién nacidos más pequeños en proporción al tamaño de la madre. Solo es superado por los marsupiales, como el canguro o la zarigüeya, especies cuyas crías acaban de desarrollarse en el marsupio (bolsa de la piel) de la madre y, por tanto, nacen muy pequeñas.
El panda gigante bebé es considerado uno de los mamíferos recién nacidos más pequeños.
Los pandas gigantes alguna vez fueron obsequios diplomáticos
Según un informe de 2022 del Servicio de Investigación del Congreso de los Estados Unidos, China tiene una larga tradición en ofrecer pandas como regalo a países extranjeros. Tal como detalla el documento, los expertos estiman que esta práctica comenzó en el siglo VII, cuando la emperatriz Wu Zetian envió dos pandas a Japón.
Entre las décadas de 1950 y 1980, los pandas gigantes fueron utilizados por la República Popular China como gesto de reconocimiento y amistad con otras naciones. El nombre de la práctica se conoció como «diplomacia del panda».
Después de que los pandas se convirtieran en animales en peligro de extinción, la presión de los ambientalistas hizo que China revisara el gesto. Hoy, los animales son prestados con fines de conservación por el país asiático por un período de 10 años, a un costo de 1 millón de dólares anual, por animal.
Pero todos siguen como propiedad de China. A partir de febrero de 2021, según el informe, hay pandas prestados (o arrendados) a 22 zoológicos en 18 países.