Las naranjas, las patatas, las cebollas y el ajo son algunas de las frutas y vegetales que suelen comercializarse en bolsas de malla plástica. Con este proyecto, descubrirás una manera útil y sencilla de reutilizarlas. Recolecta un par de ellas y transfórmalas en una esponja para lavar los platos.
1. Corta el extremo superior e inferior de todas las bolsas, de manera tal que te quede una especie de manga de malla. La cantidad que uses dependerá del tamaño que quieras que tenga tu esponja terminada. Seis o siete redecillas serán suficientes.
2. Coloca las bolsas extendidas una dentro de la otra, pero guarda la más grande que tengas para terminar tu esponja. Como tienen la forma de una manga, te resultará más sencillo hacer esto sobre tu brazo. Introdúcelo dentro de una de las mallas. Acomódala bien e introduce tu brazo en la segunda bolsa, de manera tal que ésta quede sobre la primera. Repite con todas las redecillas. Al terminar, sácalas de tu brazo y colócalas sobre la superficie de trabajo.
3. Toma la pila de bolsas y enróllalas sobre sí mismas comenzando por uno de los extremos. Deberás obtener un tubo redondo similar a una dona, como el que se ve en la imagen superior. Se verá mucho más abundante que la esponja terminada, pero no te preocupes, ya que luego apretujarás todas las redecillas y se reducirá el tamaño.
4. Toma la bolsa grande que habías apartado en el paso 2. Haz un nudo en uno de sus extremos y voltéala de adentro hacia afuera, de manera tal que el nudo quede hacia abajo y adentro de la malla.
5. Dentro de esta bolsa, coloca la dona que formaste con las otras redecillas. Introduce el nudo dentro del orificio y apretuja las mallas hasta que te guste el tamaño y la densidad de tu esponja. Cuando hayas terminado, haz un nudo en la parte superior de la bolsa externa, bien pegado a la dona.
6. Por encima del nudo, quedará sobresaliendo un trozo de malla. Dóblalo hacia abajo y úsalo para envolver tu esponja nuevamente. Haz otro nudo en el extremo opuesto, cuidando que los bordes de la redecilla no sobresalgan. Esto es importante para no dañar tu mano al lavar los platos.
7. Presiona el último nudo que hiciste hacia abajo. A la hora de usar la esponja, este nudo debe quedar sobre la palma de tu mano.